Mientras analiza cómo seguirá su futuro político, en la cabeza de Néstor Kirchner hay una idea fija: vengarse de los que lo traicionaron en las elecciones legislativas. Para el electo diputado no hay dudas. "Nos traicionaron", repite en Olivos cada vez que observa los porcentajes del 28-J y ve que intendentes aliados le sacaron varios puntos de ventaja por el corte de boleta. Enloqueció aún más cuando le llegó el dato que en algunos municipios aparecieron cortes de boleta a guillotina. Es decir, los representantes locales distribuyeron las boletas ya cortadas desde la imprenta.
Los movimientos con el recambio de Gabinete -con la salida de Sergio Massa y el ingreso de Julio Alak- fue el primer paso del "operativo revancha" que promete que los que no pusieron todo lo que había que poner en las elecciones paguen las consecuencias.
Hijo e´Tigre. A Sergio Massa le resultó imposible explicar que la lista de concejales, con su mujer Malena a la cabeza, aventajara al tándem Kirchner-Scioli por un holgadísimo margen. La lista de concejales del intendente de Tigre ganó por el 53% de los votos; mientras la del Frente para la Victoria cosechó 39,05%.
El enojo con Massa se agrandó una semana después, según el sitio La Política Online: "El domingo pasado en la quinta de Olivos estalló la furia del matrimonio presidencial al leer una entrevista en Perfil a Francisco de Narváez, en la que con gran torpeza –o malicia-, el empresario confirmaba lo sospechado, que Sergio Massa operó a nivel distrital para derivar votos a favor del candidato de Unión-PRO". Massa se habría anoticiado de su renuncia cuando el vocero de Kirchner leyó los recambios de gabinete en la sala de periodistas de Casa de Gobierno.
Enemigos íntimos. El platense Pablo Bruera es otro de los intendentes a quienes el kirchnerismo prometió vendetta. En ese plan, la designación de Julio Alak, ex presidente de Aerolíneas Argentinas, en Seguridad se lee en La Plata como un mensaje. Es que en la ciudad de las diagonales el corte de boleta fue feroz y Bruera, previendo esto, apuntó a no provincializar la elección, despegándose de la figura de Kirchner. La lista que encabezó su hermano, Gabriel, ganó con el 34,3%; Kirchner salió tercero, detrás de Unión-PRO y el Acuerdo Cívico, con un 21,28%.
Desde su entorno aseguraron a Perfil.com que el intendente no hablará del tema y se mostraron sorprendidos ante la designación de Alak. "No sabemos cómo habrán entendido la campaña en Nación, él surgió como una fuerza vecinalista y La Plata siempre se caracterizó por el corte de boleta, acá en 2007 perdió Cristina", apuntó un allegado todos los días con el intendente.
"Además, Pablo nunca fue del riñón kirchnerista", se atajan. En el bruerismo dicen no estar preocupados por la designación y prometen seguir trabajando de manera conjunta con la Nación y el gobierno de Scioli, con quien Bruera se reunió el lunes por la Gripe A. Justamente Scioli fue uno de los que le había prologado el mensaje kirchnerista: “Cuando cada uno se quiere cortar solo, hacer un esfuerzo solamente individual no alcanza, no se llega a cumplir”, dijo en una recorrida por La Plata durante la campaña.
Lo concreto es que la interna Bruera-Alak se reactivó. Desde el alakismo sostienen que la designación del "Turco" no es un mensaje. "Julio es un hombre de mucho talento; la presidenta necesita renovar expectativa, gestión y creatividad", afirmó a Perfil.com el diputado provincial Carlos Bonnicatto, quien cuestionó la estrategia de deskirchnerizar la campaña, pero cuyo sector acompañó para no generar más fracturas en el peronismo.
La génesis de la pelea se remonta a cuando Bruera le arrebató en 2007 la intendencia a Alak, poniéndole fin a su invicto de 16 años de gestión. Luego de reemplazarlo, lo denunció por múltiples causas. El imputó entre otras cosas, administración fraudulenta, discrecionalidad en la distribución de pauta oficial, quebrar el banco municipal y hasta robo de mobiliario. "Cuando se fue Alak desaparecieron 8546 muebles", precisó una fuente con acceso a la causa.
Ishii conducción. Detrás de este operativo revancha hay un soldado incondicional de Néstor Kirchner: Mario Ishii. El intendente de José C. Paz fue el que colocó a Massa y Bruera en la lista negra de traidores. Este dato no es menor ya que el gordo será el principal motor de la caza de traidores en provincia y aunque no quiera dar nombres con el micrófono encendido, ya traza el mapa de distritos que recorrerá con miras a 2011.
Para hacer esto, Ishii presentó su renuncia en José C. Paz, pero el concejo deliberante la rechazó. Eso no fue un problema para él. Lo que parecía ser un mero gesto en pos del modelo, como tanto otros, se convirtió en realidad ayer cuando pidió licencia por tiempo indeterminado con un único fin: caminar la provincia señalando a los "traidores", a quienes culpa por la derrota.
"Voy a hablar personalmente con ellos; los traidores son un grupo amplio", sentenció en la ceremonia en que fue reemplazado por María Luisa Geiszer, presidenta del Concejo. Ishii es hoy el mariscal de la venganza de Néstor Kirchner, capaz de inmolarse por el modelo, y promete ir puerta por puerta, intendencia por intendencia.
(*) redactor de Perfil.com