El 17 de marzo de 1992 el terrorismo internacional hacía pie en la Argentina y anticipaba un cuadro que se repetiría dos años después en el barrio de Once. Los ataques a la sede diplomática israelí y a la AMIA están también unidos por otro dato doloroso: la falta de resolución judicial y las dudas que aún persisten en puntos tan básicos como el número de víctimas.
A las 14.50, una bomba cargada en una F-100 que conducía un atacante suicida detonó frente a la embajada. El acto fue ejecutado por el brazo internacional de Hezbollah, la Jihad Islámica, y organizado sin complicidades locales conocidas. Esa fue la definición de la Corte Suprema en 1999. No hubo juicio ni condenas, porque los responsables nunca fueron aprehendidos.
Para la Corte, Imad Fayez Mughniyeh fue el principal culpable, como jefe de las operaciones internacionales de Hezbollah. En 2008, Mughniyeh murió en Damasco por una bomba colocada en su camioneta. Según el Washington Post, fue plantada en un operativo conjunto de la CIA y el Mossad.
José Salman El Reda, un comerciante libanés de la Triple Frontera, tiene un pedido de captura internacional como presunto responsable operativo. En 2015, la Corte reiteró ese pedido y sumó el de Hussein Mohamad Ibrahim Suleiman, quien habría entrado al país los explosivos. Este último pedido fue avanzando gracias a nueva información que aportó Israel.
Según pudo saber PERFIL, las perspectivas de intercambio de información con Israel han mejorado en el último año a partir del cambio de gobierno. Ahora, también hay expectativa de tener mejor acceso a información secreta de los Estados Unidos, porque la administración de Donald Trump ha denunciado el acuerdo sobre proliferación nuclear con Irán que impulsó su antecesor. De hecho, se han reiterado algunos pedidos que no tuvieron resultados positivos en el pasado, indicó una fuente al tanto de la causa.
Tras 25 años, las expectativas de lograr condenas son muy escasas. Otro triste punto en común con la causa AMIA. Sin embargo, en ese expediente el año pasado se han logrado avances en el reconocimiento de las víctimas, al confirmarse la identidad del fallecido número 85 gracias a un trabajo conjunto con el Instituto Argentino de Antropología Forense. El proceso también busca definir si existe material genético perteneciente al presunto atacante.
En el caso de la embajada, hay 22 víctimas identificadas y no hay esfuerzos en curso para analizar todo el material biológico. En el acto de ayer se hablaba desde el estrado de unas 29 víctimas totales. Fuentes judiciales sostienen que no hay reclamos y los familiares acordaron no continuar con la identificación de los restos. Un informe interno del fallecido ministro de la Corte Carlos Fayt explicaba que existían además unas siete bolsas con material biológico no identificado. Algunos creen que la difusión de ese informe ha llevado a la conclusión de que 29 personas murieron ese día.