Anoche, las imágenes de la Gendarmería superpoblando la ruta 14 en Gualeguaychú transmitieron un mensaje claro: el libre tránsito es una prioridad, mejor dicho es "la" prioridad. Aún cuando el campo decidió no cortar caminos para protestar. En Chaco, donde los productores más marginales y pequeños movilizan la protesta el mensaje fue más contundente: el que corta rutas va preso.
Así lo aseguró ayer el multiministro de Gobierno, Seguridad, Justicia y Trabajo, Jorge Alcántara, quien anunció que los agropiquetes serán despejados a cómo de lugar por “la firme decisión del Ejecutivo de garantizar el pleno ejercicio del derecho al libre tránsito en el territorio chaqueño”, reproduce el Diario Norte .
La situación en Chaco no fue sencilla en los 78 días previos: fue la provincia con mayor número de rutas cortadas, se vivieron incidentes en la Cámara de Diputados provincial con agresiones a la esposa del gobernador Jorge Capitanich y un grupo de piqueteros oficialistas, los D´Elía locales, bloquearon un camionetazo que se dirigía a la capital a la fuerza.
A todo este clima, se le suma el protagonismo de Jorge Capitanich, el gobernador provincial. Como vicepresidente primero del PJ ha tomado un protagonismo inédito, siendo orador en el acto de asunción de Néstor Kirchner y el encargado de leer ayer el comunicado en el que se calificó al campo de golpista. En su provincia, por el contrario, Capitanich no ha estado tan suelto de palabras, negándose al diálogo.
Ésto ha generado el descontento de los ya embroncados ruralistas chaqueños que reclaman una solución acorde a su situación. Los subsidios y compensaciones no cuadran en su realidad de trabajo, la mayoría en negro y con apenas lo suficiente para vivir dignamente. La frutilla del postre: para Capitanich el 25 de mayo rural, donde hubo 300 mil personas, muchos del Chaco, fue el lanzamiento de Alfredo de Angeli a la presidencia de la Nación.