Seis de cada diez argentinos se inclinaron por una opción peronista en las Primarias del 11 de agosto último. Número que se acrecienta si se suman los votos del macrismo en algunas provincias, donde contiene a dirigentes de extracción justicialista. Aunque hoy están divididos, esa sumatoria es crucial a la hora de analizar el panorama de la sucesión presidencial en 2015.
Desde el frente que nuclea a radicales, socialistas y afines comenzaron a plantear la estrategia de pelearle al kirchnerismo en las elecciones generales de octubre el primer lugar a nivel nacional, para así poder posicionarse de cara a 2015 como una alternativa con presencia en todo el país. El objetivo es ambicioso, pero no imposible. En las PASO, el kirchnerismo sumó el 27% de los votos, que si se le suman las listas aliadas llega al 31%. Las fuerzas de centroizquierda en su conjunto llegan a 25%, sostenidos sobre todo en la performance de Margarita Stolbizer en Buenos Aires, Elisa Carrió en Capital, Hermes Binner en Santa Fe y Julio Cobos en Mendoza. Para octubre aspiran sumar un par de puntos más y que el kirchnerismo siga perdiendo terreno.
La lectura cambia, sin embargo, si se considera que los votos que todo el peronismo no kirchnerista reunió a lo largo del país llega al 27%. En ese círculo quien se posicionó con mayor fuerza es Sergio Massa, quien puede contar como propios un 15% de los votos (si se suman los de aliados como Daniel Peralta en Santa Cruz, Mario Das Neves en Chubut y Luis Barrionuevo en Catamarca, entre otros). Esa cifra, según los encuestadores, subiría en octubre por el crecimiento del tigrense en Buenos Aires, que representa el 40% del país. Pero el global del peronismo disidente podría no variar, porque el que caería es Francisco De Narváez, que en las PASO se posicionó con el 4% del total del país. Los votos de José de la Sota, los Rodríguez Saá o Juan Carlos Romero, entre otros, también se suman al espacio.
Más relegado a nivel nacional aparece el macrismo, que bajo su sigla Unión PRO sumó el 7% de los votos, con fuerte peso de los candidatos porteños, pero también de Miguel del Sel en Santa Fe, Alfredo De Angeli en Entre Ríos y Héctor Baldassi en Córdoba. La izquierda, por último, se consolidó con un 4% nacional.
En este contexto, el desenlace de la interna peronista será una de las claves a considerar para las presidenciales de 2015. En la unidad, ya sea resolviendo las candidaturas en una interna o encolumnándose detrás de una sola figura, la continuidad del peronismo en el poder con estos números se asoma irreversible. La dispersión y eventual pelea, por el contrario, abriría las puertas a otras opciones. Faltan dos años aún, en los que pasará mucho agua debajo del puente.
