La reunión del team comunicacional de los viernes estuvo en duda hasta último minuto. Al mediodía de ayer estaba confirmada: se iba a realizar en la quinta de Olivos. Un par de horas después, quedó postergada para el lunes. El motivo de tantas idas y vueltas es el mismo que subsiste desde el derrumbe oficialista de las PASO: el tembladeral en que se convirtió la situación económica. El Gobierno ya ni siquiera vive al día: le cuesta hacer proyecciones sobre la media hora siguiente.
Ante un panorama tan resbaladizo, el equipo de Marcos Peña todavía no pudo definir una estrategia de campaña. “Mientras siga esta inestabilidad, es imposible hacer un plan medianamente firme”, opina uno de los actores de la tribu comunicacional. El jueves pasado, Peña evidenció esa falta de línea estratégica.
En el primer piso de la Rosada, frente a un grupo de diputados y senadores, concretó una arenga de trazo grueso. El jefe de Gabinete no se pronunció sobre la crisis económica, no hizo autocríticas, ni dio una hoja de ruta detallada. “No entendimos a los votantes, y ellos tampoco nos entendieron. Fue como una crisis de pareja”, metaforizó.
Un diputado se fue algo fastidioso. “En medio del default selectivo, no nos explicó cómo encarar el tema en los medios. Estuvo alejado de la realidad”, se quejó. No fue el único que se retiró con gusto a poquísimo. Otros fueron más comprensivos con Peña, bajo el argumento resignado de que no había mucho más para decir. Cerca de Peña entienden que, tras la caída electoral, le seguirán facturas largamente atragantadas por los adversarios internos.
El viernes de la semana pasada se había realizado el primer encuentro del peñismo ampliado en la Rosada. Ahí estuvieron los funcionarios Alejandro Rozitchner, Julián Gallo, Jorge Grecco, Hernán Iglesias Illa y Julieta Herrero, entre otros. Se coincidió en que era momento de reflexionar y rearmar la tropa, rumbo a las elecciones generales del 27 de octubre.
Lo más parecido a un mea culpa fue la admisión peñista de que “faltó despliegue territorial”. Se trató de una opinión contradictoria con su mirada previa, respecto de que la conversación pública pasaba casi exclusivamente por las redes sociales.
El cara a cara, sin embargo, sirvió para mostrar que el jefe de Gabinete seguirá siendo una figura central del esquema macrista. Y con él, también habrá lugar para los otros dos protagonistas de la propaganda oficial: Jaime Duran Barba y el publicista Joaquín Mollá. Mauricio Macri no cuenta con un plan B.
El gurú ecuatoriano ya pasó por la quinta de Olivos, tal como reveló Infobae. A su vez se reunió con María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. Tanto la gobernadora como el alcalde adoptaron un notorio perfil bajo, tras la debacle de las primarias. Rodríguez Larreta, quizás el futuro líder político y territorial del PRO, sigue valorando el aporte de Duran Barba. El grupo comunicacional espera que el Gobierno estabilice algunas variables económicas, antes de empezar a meter mano en una misión casi imposible.