"Estaba jugando a las bochas, no al bowling", fue la sorpresiva frase con que la presidenta Cristina Kirchner abrió en Ezeiza un discurso en el que, además de anunciar obras de pavimentación en ese partido del conurbano bonaerense, explicó el proyecto de jubilaciones móviles del Gobierno y lo calificó como un "salto de calidad institucional".
Ante la atenta y aprobatoria mirada del intendente de Ezeiza, el ex ultramenemista Alejandro Granados, quien como sus demás acólitos festejaron con una sonrisa forzada el comentario, Cristina reaccionó así a la versión que apenas minutos antes había difundido el canal de noticias Crónica TV, que con sus habituales placa roja en letras tamaño catástrofe había anunciado: "La Presidenta está jugando al bowling".
Evidentemente, la paranoia y la desconfiianza con que los líderes kirchneristas reciben prácticamente cualquier comentario de la prensa no alineada con el Gobierno influyó para que la mandataria no sólo hiciera esa aclaración al comienzo de su discurso, sino también en el final, cuando quiso darle un poco de seriedad a la situación y por ello dijo "No estaba jugando a las bochas, estaba haciendo estas cosas".
Por "estas cosas", Cristina se refirió a las obras encaradas por Granados para dotar de asfalto a varias calles de su partido y al "proyecto de ley que estamos enviando al Parlamento" para lograr la movilidad de las jubilaciones.
A propósito de esa propuesta, la mandataria señaló entre aplausos que la idea es que los jubilados puedan "tener dos aumentos al año", así como que esos incrementos sean calculados a modo de un "mix entre los aumentos de sueldos y los aumentos de impuestos".