Raúl Alfonsín ya descansa en paz. Mucho se habló y se dijo durante esta semana respecto de las características que lo definieron como líder, de su importancia para la recuperación democrática y del legado que dejó. Lo importante ahora será visualizar los efectos que su muerte tenga en la política. La primera medición para determinarlo, realizada en forma exclusiva para PERFIL, indica que para la mayoría de la gente el radicalismo puede vivir un resurgimiento y que Julio Cobos podría ser el dirigente más beneficiado. Sin embargo, el boom alfonsinista, al parecer, no tendrá efectos automáticos sobre el panorama electoral y el masivo respaldo con que se despidieron los restos del prócer radical no se trasladaría directamente a las urnas.
Las conclusiones surgen de un sondeo de opinión pública realizado por Ibarómetro, el viernes y ayer. Casi el 20 por ciento de las 1.200 personas consultadas en Capital y el Gran Buenos Aires cree que el dirigente que más se beneficia políticamente con la muerte de Alfonsín es el vicepresidente, Julio Cobos. Muy cerca, el 17,6 por ciento sostiene que la Unión Cívica Radical, en su conjunto, es la que quedó mejor parada. En un segundo orden, quedaron Ricardo Alfonsín (9,8 por ciento) y Elisa Carrió (3,1 por ciento). No obstante, es para destacar que más del 35 por ciento piensa que no habrá ningún beneficiado, un anticipo de lo difícil que les resultará a todos capitalizar políticamente el fallecimiento del caudillo.