La renuncia de Martín Lousteau a la embajada de Estados Unidos todavía provoca zozobras en el seno del gobierno de Mauricio Macri. Básicamente por dos motivos: En menos de un mes el presidente visitará el país norteamericano para juntarse con Donald Trump y porque el plan del creador de ECO es presentarse a las elecciones de octubre.
Esta última herramienta es la que va a utilizar el gobierno para reprender al exministro de Cristina Kirchner, que en 2015 estuvo a pocos puntos de ganarle a Horacio Rodríguez Larreta la gobernación de la ciudad de Buenos Aires y es a lo que apunta en 2019. Desde el entorno de Macri deslizaron que intentarán clausurar la interna de Cambiemos en la CABA. Y una de las alternativas que siempre se manejaba cerca del gobierno para frenar a Lousteau era poner a Carrió como candidata en el distrito de creación del PRO. Desde el entorno de 'Lilita' negaron algún tipo de pedido ya que "no se habla de candidaturas, por el momento".
"Este año, interna en Cambiemos no va a tener. Va a perder y tiene riesgo de salir tercero", dijeron cerca del presidente a la agencia DyN. El enojo en el Gobierno más que por la renuncia en sí, se explica en el contexto en que se conoció: en una semana cargada de conflictos. Desde la Casa Rosada entienden que Lousteau podría haber anunciado con anticipación su retirada por ejemplo, "después de Semana Santa", en vez de a pocos días de concretarse la tan ansiada cumbre entre Macri y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, prevista para el 27 de abril.
"Parece que estaba un poquito ansioso Martín. No sabemos qué apuro tiene. Bueno no entendemos el apuro", ironizó una alta fuente del Gobierno que admitió que cerca de Macri tenían "entre las probabilidades" una renuncia de Lousteau a su cargo de embajador en los EE.UU para postularse en la Ciudad, porque ya les había anticipado que "lo iba a analizar", pero le recriminaron: "Podría haber dicho me voy a ir, pensemos cómo hacemos, no así".
A pesar del alejamiento de Lousteau y el paro inminente de la CGT, en la Casa Rosada insistieron con la estrategia de mostrar fortaleza del Gobierno por el apoyo recibido en la marcha del sábado pasado y las palabras de Macri llamando a "terminar con las mafias" del sindicalismo y la política.