Cuando todos se preguntaban dónde andaba y porqué no aparecía, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, volvió a la escena pública y sostuvo hoy que "las mayores presiones" que se verifican en torno al tratamiento de la polémica resolución sobre las retenciones agropecuarias "no son un dicho público de (Néstor) Kirchner, sino las que sufren los diputados" cuando los "escrachan" en sus casas.
Aprovechó la oportunidad para pegarle al dirigente ruralista Alfredo de Angeli, quien ayer convocó a un cacerolazo para esta noche de un cacerolazo en todo el país en caso de que la cámara de Diputados apruebe la resolución. Dijo que su actitud es "la mayor muestra de intolerancia" que se conoció, con la cual "seguimos provocando desorden e intranquilizando a los argentinos".
Fernández, en declaraciones a radio Diez, consideró que si finalmente la resolución es avalada por el Congreso y los ruralistas la rechazan, estarían "en actitud de rebelión ante la ley" y minimizó la actitud del ex presidente Kirchner quien ayer volvió a exhortar fuertemente a los legisladores a que voten el proyecto oficial.
Además, le achacó a Cobos su protagonismo en las negociaciones por las retenciones en el Congreso. Aseguró que su actitud "hace que la democracia queda afectada" y que sus actos fueron "impropios".
Fuente: DyN