Escucho con Grondona en radio La Red a Jaime Durán Barba desplegar la ya clásica hipótesis: "A la gente de a pie, el tema de las escuchas le importa un carajo".
"Tengo alguna experiencia en este tema y desde el punto de vista electoral no pasa nada. Estaba seguro de que a los porteños y a los argentinos no les importaba el tema. Dos encuestas de martes y jueves muestran que Macri subió 8 puntos y en otra 6 puntos. Creo entonces que mi dicho tuvo sentido", cerró su sentencia el asesor ecuatoriano.
No nos parece que mienta en todo o por lo menos no suponemos que equivoque su razonamiento en términos conceptuales, los números de las encuestas, siempre datos menores y volátiles, mejor dejémoslos aparte.
La percepción que tenemos de este episodio difiere de la de Barba en que a nosotros sí nos parece un tema político, sobre todo por lo que implica la conexión del Gobierno de La Ciudad vía su Jefe de Gobierno, con policías sospechados de haber participado en la conexión local de la voladura de la AMIA.
Sin embargo, al igual que Durán, no creemos que sea un tema medular para el ciudadano medio porteño, al que típicamente le interesa cómo le va a él en la feria, para no hablar del residente en La Banda, por ejemplo, por lo que la estrategia a seguir en el tema es sumamente compleja para evitar el efecto paradojal o bumerang.
Si esto sucediera (ay!) rápidamente se transformaría la dura acusación en "capaña sucia o negativa" como en su oportunidad sucedió con la genialidad del tema "efedrina" sobre Alica Alicate, que también criticamos en su momento en la revista Noticias, y cuyos resultados electorales nos relevan de comentarios.
Rápidamente agregamos que la ofensiva sobre Macri que hasta ahora se observa nos parece inadecuada. Sostenemos para desagrado de algunos que dados los interlocutores que se han desplegado en la ofensiva anti macrista en la Ciudad, con centro en la figura de Aníbal Ibarra, receptor del 3,28% de los votos en la última elección y hoy mostrado con gran espacio y beneplácito
por los medios escritos, radiales y televisivos hegemónicos, probablemente no dañe la imagen de Macri, y si se profundiza, tal vez pudiera impulsar el efecto paradojal y mejorarla.
Las razones de este desajuste, entre otros motivos, es la ausencia de políticas específicas del FPV en la Ciudad. Es lamentable observar la performance sobre el tema escuchas de los referentes tradicionales del kirchnerismo porteño (los más pibes como Juan Cabandié aún no tienen visibilidad), cuyo emblema es Diego Kravetz, incapaces de articular un discurso que fundamente la acusación y le dé volumen político.
Para consistir la hipótesis, ya alejado de la figura de Ibarra y no perzonalizar en demasía -- aunque hay que personalizar los análisis--, en simultáneo ayer escuchaba a Atilio Borón y después a Carlos Heller también en La Red , pero no con Mariano Grondona sino con Eduardo Aliberti, claro, desarrollar una -- para nosotros--, muy rara hipótesis donde el núcleo central era que lo mejor
que podía pasarle al kirchenrismo es que Macri se transforme en principal oposición.
Así las cosas, deducimos por inferencia lógica, que Macri salga bien de este episodio telefonicono es relevante y es hasta deseable, para así disputar el 2011 contra sus huestes, bajo el esquema binario: modelo/ anti modelo, futuro o pasado con regreso a los noventa (!!!) en la certeza de que el pueblo llano no ve la hora de votar contra la derecha entregadora y cipaya, para empezar a decir algo.
Ese análisis de Borón- Heller, hay que decirlo, no es original de ambos, su matriz conceptual está en la cabeza de buena parte del progresismo independiente, opositor o apoyante crítico del FPV, y lamentablemente, a nuestro buen saber y entender, desconoce el comportamiento del electorado en general y el justicialista en particular a nivel local y sobre todo nacional. El
justicialismo profundo, digamos.
Cabe señalar que originalmente los votantes de Mauricio Macri, cuando inicialmente pierde la ciudad en el año 2003 a manos de Aníbal Ibarra, fueron votantes de Néstor Kirchner cuando se consagrara presidente con el 22% de los votos.
Contrario sensu, los votantes de la entonces promisoria Lilita Carrió, votaban a Ibarra en la Ciudad.
Era un cruce interesante de culturas políticas con el tiempo se violentó al punto de negarlo e insistir con que el candidato natural del FPV en la ciudad era Anibal Ibarra, y que además, falso de toda falsedad, este personaje era el sostenido por el electorado justicialista que había optado por Kirchner en 2003. Nada más equivocado.
Como todo error conceptual, su desarrollo en el tiempo lo profundizó y resultó finalmente grotesco, llegando a su cenit en esta última elección porteña donde bajo esta percepción delirante, se supuso que el voto justicialista, que era el que efectivamente estaba entonces disponible en el distrito, podía sostener la candidatura de Carlos Heller, frente a otras ofertas opositoras pan peronistas, en especial la de Pino Solanas. Los resultados electorales están a la vista, no abundaremos.
En pensamos distinto al progresismo local. Sostenemos la hipótesis ya analizada en estas columnas sobre el armado de colectoras para yugular el voto justicialista oficial a nivel nacional --cuyo flujo no es infinito y alcanza hoy en su máxima hipótesis al 50% -- e impedir el acceso “al mito” del 40+1% de los votos en primera vuelta del FPV.
Sujetos a esa hipótesis, una de las colectoras, la más potente, puede ser encabezada por Mauricio Macri -- donde se encolumne no sólo el Peronismo Federal y el PRO, sino parte de la dirigencia territorial peronista hoy "indecisa"--, alternativa nacional en cabeza del ex presidente xeneise que resultará potenciada, si de este episodio de escuchas Macri sale intacto, o peor aún,
favorecido.
Concepciones distintas, tradiciones diversas, el tiempo dirá quién tiene razón, aunque tal vez, esa comprobación, finalmente sirva de nada.
(*) Director de la Consultora Equis, especial para Perfil.com