En la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) era "vox populi" que el ex prefecto Héctor Febrés "era uno de los más sanguinarios torturadores", dijo hoy el sobreviviente Lázaro Gladstein, que pasó "400 días" de cautiverio en ese centro.
"Te salvaste que te tocamos nosotros y no 'Selva'", aseguró que le dijeron sus torturadores al hacer referencia a la crueldad que ponía Febrés, a quien apodaban de esa manera por reunir "la ferocidad de todos los animales".
Gladstein fue -junto a Fernando Kron- uno de los últimos testigos que declaró ante el Tribunal Oral en lo Federal Cinco (TOF5) que prevé escuchar pasado mañana los alegatos de la querella, el día siguiente de la fiscalía y el 27 de noviembre próximo el de la defensa del único imputado en este juicio.
De acuerdo con las previsiones iniciales del TOF5 el 14 de diciembre el camarista Guillermo Gordo, en su carácter de presidente del Tribunal, estaría en condiciones de leer el veredicto, en tanto una semana después se conocerían los fundamentos de la sentencia.
"A Febrés nadie lo obligaba a nada, él elegía libremente ir todos los días a la ESMA para torturar", dijo el testigo quien estimó que, "en los 400 días en que estuve cautivo lo vi 300 ó 350" y se lamentó que "acá se esté juzgando a un solo represor y por cuatro hechos".
Gladstein -que fue secuestrado el 6 de diciembre de 1978 y liberado en enero de 1989- afirmó que todos los efectivos de la Armada y de otras fuerzas que actuaban en ese centro clandestino de detención "formaban parte de un plan preparado y organizado para exterminar a un grupo de personas".
Tal como lo declararon otros testigos, Gladstein confirmó que Febrés era el "responsable del sector 4" del edificio de la ESMA, sitio en el que funcionaban las "salas de tortura", aunque reconoció que "la picana era dolorosa pero duraba sólo durante los interrogatorios".
Esa referencia la realizó tras sostener que "la tortura era diaria, con los pies engrillados, manos esposadas y encapuchados, escuchando los gritos de los compañeros torturados, golpeados, sucios y humillados".
El testigo también refirió como, en 1979, fue obligado a ir a una "operación de prensa" realizada por la Armada con una revista para el público femenino, en la que una cautiva aseguraba que no estaba detenida sino "exiliada" para lo cual se montó una escenografía en una confitería porteña en cuyas mesas se ubicaron los represores para evitar "que hiciéramos algo distinto a lo pactado".
En la última jornada de la semana anterior Mario Villani sumó su dichos a los de otros testigos quienes también declararon que "el gordo Daniel" o "Selva" tenía a su cargo el "sector cuatro", en el subsuelo de la ESMA, donde los prisioneros eran sometidos a los más crueles vejámenes.
Villani, al igual que hoy lo hizo Gladstein, afirmó que "la peor tortura es la vida diaria en esos campos de concentración ya que uno sabe que la 'picana' termina con los interrogatorios" pero el trato denigrante, los golpes, las humillaciones, las violaciones y los gritos de otros torturados, forman parte del escenario cotidiano.
"Ni siquiera teníamos la posibilidad de suicidarnos ya que continuamente nos decían que la decisión de si seguíamos vivos, o no, la tomaban ellos", afirmó el testigo al narrar su cautiverio de tres años y ocho meses desde el 18 de noviembre de 1977 en que fue secuestrado.
Para el momento de los alegatos que comienzan pasado mañana Febrés deberá volver a sentarse en el banquillo de los acusados ya que fue autorizado a no estar presente durante los testimonios, pero la ley exige que cuando las partes formulen sus cargos y descargos y al momento del veredicto el imputado debe estar frente a los jueces.
El juicio que lleva adelante el TOF5 es el primer proceso por delitos de "lesa humanidad" cometidos en la ESMA tras la declaración de nulidad insalvable de las leyes de obediencia debida y punto final y Febrés está acusado por los casos que tuvieron como víctimas a Carlos García, Alfredo Margari, Josefa Prada de Olivieri y Carlos Gregorio Lordkipanidse.
Fuente: Télam