POLITICA
Se suma al caso de los oquis en la legislatura

Formosa: crece el escándalo y mandan a votar con DNI truchos en la Universidad

El gobierno de Gildo Insfrán mandó a sus militantes a los comicios de los estudiantes. Integrantes de esa red lo denunciaron y brindaron detalles sobre las falsificaciones.

Gildo Insfran. Esta semana, en primera fila de un acto oficial.
| Piemonte

Un clima agitado se vive en Formosa, atravesada por ataques a familiares del líder qom Félix Díaz, acusaciones de fraude organizado por el oficialismo en el principal colegio de la ciudad y denuncias realizadas por arrepentidos de un sistema de corrupción y ñoquis que dominaría la Legislatura con la anuencia del vicegobernador de la provincia.

PERFIL había publicado hace dos domingos las denuncias de Cristian Bogado, primo del diputado Adrián Bogado y sobrino del vicegobernador Floro Bogado –presidente de la Legislatura– quien señalaba que muchos empleados legislativos (incluso él mismo) eran en realidad ñoquis y cumplían funciones políticas en la agrupación universitaria de Adrián Bogado. Sin embargo, los formoseños no accedieron a esa edición de diario PERFIL, ya que todos los ejemplares fueron comprados en los kioscos de esta capital, según se sospecha, por funcionarios del gobierno. La denuncia fue ratificada en la justicia federal por Guillermo Samuel Flores y Héctor Omar Pereira, que aseguraron formar parte de la misma red.

Los nuevos testigos amplificaron la denuncia, dando detalles sobre cómo se falsificaban documentos para intervenir fraudulentamente en las elecciones universitarias e incluso dieron las señas de la imprenta donde se confeccionaría la documentación falsa, llamada Digital Color y perteneciente a Omar Andrau, hermano de la diputada oficialista Silvia Andrau. “Presentamos testigos y ninguno fue llamado a declarar, pedimos que se realicen allanamientos, pero todavía no fueron solicitados por el fiscal Luis Benitez –se queja Juan Eduardo Davis, patrocinante de los denunciantes–. Esperamos que la justicia actúe”.

Mientras tanto, otra acusación de fraude en una elección estudiantil provocó una protesta de alumnos secundarios del Colegio Nacional que conmocionó a la ciudad. La lista opositora al insfranismo había sido proscripta arbitrariamente, situación que provocó dos días de protestas callejeras. “Gildo no quiere que una lista independiente del gobierno gane en este colegio porque sabe que se potenciaría la oposición –explica Valentina Giuliano, de 17 años, candidata a presidenta del Centro por la lista proscripta–.

Durante nuestra protesta fuimos amenazados por camiones llenos de policías uniformados y también por agentes de civil”. En 2010, un fraude similar ocurrido en esa escuela culminó con la represión de los secundarios por la guardia de infantería.  

De un total de 1900 alumnos, la lista insfranista sólo obtuvo 200 votos. Los proscriptos se aprestaban a continuar su reclamo. Félix Díaz, el cacique qom que fuera recibido por el papa Francisco, se acercó a solidarizarse con los estudiantes. Luego, partió hacia la comunidad La Primavera, donde su mujer e hija habían sido atacadas violentamente por un desconocido.

 

Agreden a líder qom

La noche en la comunidad La Primavera se torna espesa por la abundancia vegetal del monte formoseño. El martes a las 23 Jorgelina Díaz, hija del cacique Félix Díaz, fue hacia el baño, que se encuentra fuera de su casa. Antes de que pudiera regresar, la joven de 16 años fue atacada por un hombre que le tapó la boca, le cortó con una navaja un mechón de pelo y le hizo un tajo en el abdomen antes de darse a la fuga. Jorgelina fue llevada al puesto médico y una denuncia se radicó en el puesto de Gendarmería que custodia la reserva aborigen por su madre Amanda Asikaj. El jueves fue el turno de que Asikaj fuera la atacada.

“El hombre es el mismo que había descripto mi hija: no tan alto, flaco y de campera negra –cuenta la esposa del cacique Díaz–. También era de noche y llovía. Con mi hermana salimos de la casa para limpiar el barro de nuestros zapatos cuando el hombre se lanzó sobre mí. Mi hermana gritó y el tipo escapó. Mis hijos lo corrieron, pero con la lluvia y la oscuridad no lo alcanzaron”.

La denuncia también fue radicada en la Gendarmería, que instaló personal de custodia en la casa de los Díaz. “¿Qué hubiera pasado si mis hijos alcanzaban al atacante y si hubiera estado armado? –se inquieta Félix Díaz en conversación con diario PERFIL–. No sabemos si fue un miembro de la comunidad, un criollo de los que ocupan nuestras tierras o alguien de afuera. Lo que sí es seguro es que nos quieren intimidar por nuestros reclamos sociales y de tierra y por el divisionismo que impulsa el gobierno provincial en la comunidad. Me duele lo que pasa con mi familia. Responsabilizo al gobierno provincial y nacional”.