POLITICA

Gelman: los olvidos del "poeta-mártir"

Los reproches del filósofo Oscar Del Barco en su autocrítica a la izquierda armada: “Los 'nuestros' también mataban”.

Murió Juan Gelman. ¿Por qué ocultar o disimular su militancia como “oficial” montonero durante seis años, entre 1973 y 1979?
| Cedoc

La muerte de Juan Gelman volvió a sumergir a los medios de comunicación en un enfoque “políticamente correcto” que prácticamente lo presentan como un defensor de los derechos humanos y un pacífico luchador contra la dictadura surgida del golpe del 24 de marzo de 1976.

Es cierto que Gelman fue un notable poeta desde antes que eligió la lucha armada, a fines de los sesenta. Y lo siguió siendo luego, al punto que en 2007 ganó el Premio Cervantes.

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Además, la búsqueda de su nieta —robada apenas nació— y de su hijo y su nuera desaparecidos durante la dictadura fue realmente conmovedora. Coronada en el caso de su nieta, Macarena, con el emotivo encuentro del 2000, en Uruguay.

Pero, ¿por qué ocultar o disimular su militancia como “oficial” montonero durante seis años, entre 1973 y 1979?

Es la pregunta que en 2005 se hizo el filósofo cordobés Oscar del Barco, un venerado intelectual de izquierda, cuando escribió una carta a la revista local La Intemperie que provocó un intenso debate en ese sector, que incluso dio lugar a un libro: No matar, sobre la responsabilidad.

En esa carta, Del Barco realizó una profunda autocrítica sobre su respaldo a distintos grupos guerrilleros desde 1964. “Ningún justificativo nos vuelve inocentes. No hay 'causas' ni 'ideales' que sirvan para eximirnos de culpa. Se trata, por lo tanto, de asumir ese acto esencialmente irredimible, la responsabilidad inaudita de haber causado intencionalmente la muerte de un ser humano”.

En esa carta, Del Barco recordó un reportaje reciente de Gelman en un diario español en el que el poeta se pronunciaba a favor de la verdad y de la justicia sobre los setenta, como luego lo hizo en el discurso de aceptación del Premio Cervantes.

Del Barco, quien lo conocía desde su común militancia en el Partido Comunista, agregó: “Es cierto. Pero para comenzar él mismo tiene que abandonar su postura de poeta-mártir y asumir su responsabilidad como uno de los principales dirigentes de la dirección del movimiento armado Montoneros. Debe confesar esos crímenes y pedir perdón por lo menos a la sociedad”.

“Los otros mataban, pero los 'nuestros' también mataban. La verdad y la justicia deben ser para todos”, señaló Del Barco.

El filósofo cordobés admitió que Gelman padecía “el dolor insondable de tener un hijo muerto, el cual, debemos reconocerlo, también se preparaba para matar”.

(*) Editor ejecutivo de la revista Fortuna; su último libro es ¡Viva la sangre!