La posibilidad de que la fórmula presidencial de Cambiemos gane el ballottage y así Gabriela Michetti asuma la conducción del Senado ya despertó nerviosismo en las filas gremiales del Congreso, quienes temen que una auditoría de los nombramientos de estos últimos años les haga perder muchos empleados.
Luego de cuatro años con Amado Boudou como presidente del Senado, la planta de empleados aumentó exponencialmente, hasta casi duplicarse. En 2007, al retirarse Julio Cobos de la vicepresidencia, había 3.287 empleados en la Cámara alta. En la actualidad, ya hay 6.081, entre los de planta permanente y transitoria.
El temor en los gremios, entre los cuales APL (Asociación del Personal Legislativo) es el más representativo, se funda en que Michetti, durante la campaña, aseguró que en caso de ganar las elecciones desde su espacio van a promover un balance de todo lo realizado por el kirchnerismo. “Vamos a auditar a todos los organismos del Estado. Le vamos a decir la verdad a la gente”, expresó.
En ese sentido, una auditoría en el Senado pondría en evidencia el crecimiento de la planta de trabajadores, que hoy supera a la de Diputados. Lo controvertido es que en la Cámara baja hay 257 legisladores mientras que en la alta son muchos menos: 72.
“El Senado se desbordó, hay lugares donde incluso no entra más gente y directamente no van a trabajar”, relata una fuente que conoce los pasillos del Parlamento. “El problema es que Boudou fue muy generoso con todos”, agrega. Otra fuente coincide: “Si se hace una auditoría no sólo caen los que entraron con Boudou, sino también los de diferentes bloques de la oposición”.
Por eso, desde APL, que conduce Norberto Di Próspero, ya están queriendo reunirse con la actual senadora para tender puentes. En ese sentido, trascendió que el gremio estaría dispuesto a ceder mil empleados, a cambio de una auditoría acordada. Es que una auditoría seria podría arrojar que hay unos 2 mil empleados que fueron incorporados de manera innecesaria.
Hay un antecedente que se recuerda en el Congreso. En 1999, en el recambio entre el peronista Alberto Pierri y el radical Rafael Pascual, este último dio de baja cerca de mil contratos que habían sido designados en el último año.
Desde el entorno de Michetti desestimaron todo tipo de negociaciones e incluso todo lo contrario. La semana próxima tiene prevista una reunión con Cobos para interiorizarse en cómo estaba todo cuando el mendocino dejó el cargo y estar preparada en el caso de que le toque ocupar ese sillón. De todas formas, aclararon que la mira la tiene puesta en la campaña para el ballottage, que la llevará de recorrida por el país las próximas dos semanas.