POLITICA

Habló Ricardo Angoso: "Videla no ocultó su odio a los Kirchner"

El periodista español contó a Perfil.com los entretelones del reportaje al ex dictador condenado por delitos de lesa humanidad. Cómo reaccionó Videla.

El corresponsal en Colombia del semanario Cambio 16, Ricardo Angoso, logró estar frente a frente con Rafael Videla después de meses de gestiones.
| Cedoc

El periodista y sociológo madrileño Ricardo Angoso (46 años) estudió los revoltosos años '70 en la Argentina y como corresponsal de la revista Cambio16 -ex Diario16 y precedesor de El Mundo- logró, después de largos meses de gestiones, entrevistar a Jorge Rafael Videla en su habitación-prisión de Campo de Mayo.

Desde Madrid, el periodista relató que presidente de la Junta Militar entre 1976 y 1978 "no ocultó su odio hacia los Kirchner" y subrayó que "le cambió el humor cuando les pregunté por ellos". A Angoso le llamó la atención que, a diferencia de Augusto Pinochet, Videla se hiciera él mismo "responsable" por los "excesos" (así los llamó) del terroristo de Estado.

"Para él, Menem y Alfonsin, "cumplieron la Justicia con mayúsculas". En cambio, dice que los Kirchner hacen "revancha" y "venganza" de los Montoneros que nunca se fueron de la política", destacó el periodista a este portal.

"Llevaba entre siete y ocho meses detrás de Videla y por unos contactos con unos conocidos en el ejército argentino, una fuente militar, digamos, me facilitó el acceso al Campo de Mayo", contó. La entrevista se hizo el 18 de enero, "pero tardé dos meses para confirmarla. Estuve a punto de desistir", recordó.

¿Por qué se interesó en Videla?, le preguntó Perfil.com. "Me habia interesado todo lo que sucedio en los '70 en la Argentina y él era un protagonisma de primera línea. Quería conocer su versión, hablar directamente con otras fuentes, más allá de que se esté de acuerdo o no en sus políticas".

El escenario. "El reportaje lo hice donde él estaba internado. Fue en una habitación, en un sector donde hay otros militares detenidos. No era una habitación de lujo, estaba pobremente amoblada, con condiciones medio bajas", detalló el periodista de Cambio 16. El reportaje duró tres horas e incluyó 25 preguntas. "Fue profundo", enfatizó.

"Estuve con él tres horas. Estaban su mujer y sus hijos. Yo lo vi cansado y con pocas ganás de continuar después de la larga charla", siguió. La entrevista completa en bruto tenía 25 páginas y la versión final quedó en diez páginas.

Perfil.com -¿Cómo lo encontró en lo personal?

RA -Lo vi muy mayor, muy anciano. Muy desbordado por el peso de la responsabilidad de lo que está viviendo. No debe ser muy fácil de digerir. Estaba muy agotado.

P-¿Qué es lo que más le llamó la atención de sus respuestas?

RA: -Dos cosas me llamaron la atención, cuando señala a Italo Luder como el ideólogo de los excesos que se cometieron. También hay una reconocimiento de que se cometieron excesos, que hubo una guerra y que en ese contexto hubo muertos, heridos, etc. Hubo un reconocimiento explícito de esos excesos. Yo pensé que iba a defender con más vehemencia su gobierno, pero hizo un juicio más objetivo de lo que sucedió. A diferencia de Pinochet, que culpó a otro general de todo. En Videla hay cierta valentía en asumir él mismo las responsabilidad.

P-¿Hablaron de los desaparecidos?

-Lo hablamos abiertamente. El reconoce, al final de la entrevista, que hay de lo que él llama "conflicto-guerra", unos 7.000 muertos-desaparecidos. Es una gran disparidad con las cifras de organismos de Derechos Humanos. Aunque reconoce que las víctimas de esa época que fueron por sus excesos. El insistió: "Si alguien cometió excesos, más allá de la edad, debe ser juzgado".

P-¿Cómo reaccionó ante la pregunta sobre los Kirchner?

-El es pesimista respecto del Gobierno kirchnerista y sabe que vienen cuatro años muy duros para los castranses. No oculta su odio hacia los Kirchner. Le cambió el humor cuando les pregunté por ellos.

P-¿Y de la causa por el robo de bebés que lo llevó a cárcel?

-Los derechos humanos se trataron de una forma genérica, no entramos en casos concretos.