Alfredo Cornejo cumple con el aislamiento obligatorio en la ciudad mendocina de Godoy Cruz, de la que fue intendente durante ocho años, antes de ser gobernador. Desde allí, el presidente de la UCR y diputado nacional se mantiene en contacto con sus pares opositores y analiza la estrategia del gobierno nacional frente a la pandemia de coronavirus.
“La convivencia nunca es del todo buena en las épocas normales, ¿por qué tiene que serlo en la pandemia?”, bromea Cornejo, que pasa sus días de encierro junto a su esposa, Lucía, y uno de sus hijos, y reconoce: “Tampoco es tan malo estar en la casa unos días”.
—¿Qué evaluación hace del manejo de la crisis por parte de Alberto Fernández?
—Desde el punto de vista político, los argentinos hemos empoderado al Presidente y la oposición también, en particular Cambiemos. Ahora dependemos todos de la buena fe para la redistribución de los recursos y para la eficacia de esta estrategia.
—¿Es un buen momento para acercar los extremos de la grieta?
—Ese empoderamiento lógico en un proceso de crisis no veo que esté correspondido con la eliminación de la grieta. Se ve que hay varios dirigentes del Frente de Todos construyendo un relato, con la pandemia de por medio, y esa no es una buena actitud. La oposición se está comportando bien, el Gobierno está con preocupación, pero uno advierte que ese empoderamiento no significa que no tenemos que señalar cosas que son criticables.
—¿Qué marcaría entre los errores del Gobierno?
—La desafortunada intervención y la falta de previsión de Ginés (González García), que derivó en que no hubiera controles en Ezeiza desde enero. Hubiéramos tenido muchos menos casos. La falta de previsión también hizo que no se hicieran todos los testeos necesarios como para saber quién está enfermo y quién no. Son claves la información y el testeo. Es más barato testear y confinar enfocadamente que encerrar a todos por las dudas. Esta situación nos llama la atención sobre el funcionamiento del Frente de Todos en la oposición. Quisiera saber cómo se habrían portado los principales dirigentes si Rubinstein hubiese hecho esas declaraciones, que no era para preocuparse el coronavirus.
—En los últimos días se sucedieron las propuestas opositoras, ¿siente que son tenidos en cuenta?
—Yo personalmente no concurrí a la reunión en Olivos pero fue por motivos de cumplir con la cuarentena en Mendoza, porque no se podía salir ni entrar. Este proceso de empoderamiento al gobierno nacional depende de la buena fe de Alberto Fernández. Creemos que tiene que ser mucho más institucional y federal en el manejo de la crisis. Todo lo que tiene que ver con sectores medios, productivos y cuentapropistas todavía no ha sido atendido. La mayoría no tiene capacidad de ahorro, se está cortando la cadena de pagos y se está armando un círculo vicioso de los Estados provinciales y el nacional.
—Mendoza fue de los primeros distritos en cerrar las fronteras, ¿cree que sirvió?
—El gobernador Rodolfo Suárez tomó muchas decisiones adecuadas y la estructura sanitaria está preparada para la situación. Mendoza y San Juan están preparadas para un terremoto. Pero si esto escala a mayores, no hay infraestructura que alcance.