“Vas a terminar como Sebastián Forza”. En su primera entrevista, Federico Elaskar contó que así lo amenazaron para que venda la financiera SGI. Ahora, en el Lázarogate aparece otra sombra de la causa por tráfico de efedrina: un ex sospechoso de ese caso tiene múltiples nexos con Carlos Molinari, el hombre que contrató al “valijero” Leonardo Fariña.
El personaje se llama Hernán De Carli, quien fue detenido –y luego sobreseído– en ese expediente judicial por narcotráfico. Es amigo de la familia del empresario, compartieron contactos empresariales en Estados Unidos y en 2011 fue candidato político del kirchnerismo, en la misma lista encabezada por Molinari.
Con sólo 43 años, amasó rápidamente una fortuna. Y coincide con Fariña y Elaskar en el gusto por una vida ostentosa, que incluye desde una mansión en Miami hasta la afición por manejar Ferraris.
El 17 de noviembre del 2008, fue detenido en la “causa de la efedrina” por pistas vinculadas con el triple crimen de Gral. Rodríguez. Según un testigo reservado, su camioneta Dodge RAM fue vista en la zona. Además, habría viajado a Paraguay, alojándose en el mismo hotel que dos narcos mexicanos.
Allanaron su enorme casa de General Rodríguez, donde encontraron armas y una credencial falsa de la DEA. El declaró que era inocente, que no conocía a las víctimas ni a los narcos y, en febrero de 2009, fue sobreseído por el ex juez Federico Faggionato Márquez.
Antes y después de eso, De Carli ya conocía a los Molinari. El punto de encuentro fue Miami, adonde emigró en 1998 con casi nada. Pero a los pocos años vivía en una mansión de 3 millones de dólares en Bal Harbour, paseaba en yates, una moto American Ironhorse Slammer, un Porsche Carrera GT y una Ferrari Enzo F60. Todo lo justificaba con “importación y exportación de productos informáticos”.
Allí, se vinculó con un ex socio de Molinari: Freddy Balsera, que trabajó en las campañas presidenciales de Barack Obama y fue nombrado en la Comisión Asesora en Diplomacia Pública. Ese dirigente demócrata también conoce a De Carli. “Quiso contratar mi empresa por cuestiones de relaciones públicas. Tras analizar sus propuestas decidimos no avanzar y no hemos vuelto a tener contacto”, informó Balsera a PERFIL.
Lea la nota completa en la edición impresa del diario PERFIL.