"Se pudrió todo. Encontraron a un venezolano con un millón de dólares", fue lo que le dijo un trabajador de Aeropuertos Argentina 2000 a un empleado de la compañía aérea Royal Class, el 4 de agosto de 2007, cuando Guido Antonini Wilson llegó a Argentina con su valija de 800.000 dólares.
El sorpresivo nuevo testigo es Rubén Pinto, empleado de Royal Class, declaró ayer ante el juez Daniel Petrone y la fiscal María Luz Rivas Diez, informó el diario Clarín. La frase le fue dicha mientras llevaba a la terminal del aeropuerto la segunda tanda de equipaje que había llegado desde Caracas en el avión de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Hasta ahora, se suponía que la valija de Antonini había sido la última en ser revisada. María Luján Telpuk, de la Policía Aeroportuaria (PSA), había declarado que revisó todas las valijas que le llevaron al scanner, pero no garantizaba que no hubieran existido otras.
Durante el juicio contra los agentes venezolanos en Miami, Antonini reveló que en el mismo vuelo había llegado otra valija con U$S 4.200.000 . También se dijo que el dinero estaba destinado a financiar la campaña electoral de Cristina Fernández de Kirchner. Ninguna de las dos acusaciones han sido probadas aún ante la justicia argentina, que ordenó el pedido de captura de Antonini.
Según declaró Pinto, no había ninguna valija grande en el vuelo de PDVSA, sino que todas eran medianas y chicas, publicó el diario La Nación. El empleado de Royal Class hizo varios viajes entre el avión privado y la Terminal Sur del aeropuerto.
En el primero de esos viajes trasladó a Claudio Uberti, entonces titular del Órgano de Control de Concesiones Víales (OCCOVI), alejado del cargo por el escándalo; su secretaria Victoria Bereziuk y el presidente de la estatal argentina Enarsa, Exequiel Espinosa. Luego hizo otros dos viajes en una camioneta Toyota para transportar el resto del equipaje, según La Nación.
Ascenso polémico: Mientras tanto, el Gobierno de Venezuela ascendió como suboficial del ejército a Antonio José Canchica Gómez, uno de los encargados de intentar silenciar a Guido Antonini Wilson cuando se refugió en Miami.
El agente de la Dirección de inteligencia venezolana (Disip) se reunió con el valijero en Florida a fines de 2007. Su misión era verificar que Antonini no implicaría al gobierno de Hugo Chávez a cambio de recibir dos millones de dólares, según confesó Moisés Maiónica, empresario condenado por la justicia estadounidense por espionaje.
Aunque fracasó en su misión, Canchica Gómez, de 37 años, fue ascendido de sargento a maestro técnico en julio, pero la noticia se conoció recién ahora, una vez que hubo terminado el juicio en Miami. Está prófugo de la justicia estadounidense desde diciembre de 2007; su paradero es desconocido, y distintas versiones recogidas por el diario La Nación lo ubican en Cuba o en la embajada venezolana en Bolivia.