Los últimos resultados de la Selección argentina en la Copa del Mundo de fútbol Qatar 2022 proporcionaron a la sociedad un nuevo aire anímico convulsionado por noticias coyunturales de máxima trascendencia durante las últimas dos semanas. Desde el fallo condenatorio a la vicepresidenta Cristina Kirchner hasta las filtraciones de conversaciones de jueces federales, funcionarios opositores y empresarios de medios que vislumbran un supuesto entramado de dádivas, salpicaron la agenda política.
Sin embargo, el logro por parte del equipo albiceleste de llegar al partido final del torneo internacional remite a otros momentos vividos por el seleccionado nacional. Las finales de las copas mundiales de fútbol de 1978, 1986, 1990 y 2014, junto con la próxima que se jugará en el país asiático, transportan a momentos intensos en la política, en la sociedad y en la economía. Por ese motivo, analistas políticos, encuestadores y consultores, convocados por PERFIL analizan el panorama sociopolítico ante la pregunta: ¿qué impacto podría tener un hipotético triunfo de la Selección argentina en la final del mundial dentro de la coyuntura política nacional?
El consultor Carlos Fara es concluyente y afirma: “En la coyuntura política no va a tener ningún impacto. Nadie va a modificar su opinión sobre el Gobierno, sobre cualquiera de las figuras políticas porque la Argentina gane el mundial. El Gobierno no va a mejorar en imagen. Probablemente, va a haber un efecto de corto plazo en el crecimiento de optimismo, pero no más que eso. La gente no está ligando los resultados de la Selección con la política argentina”.
Por otra parte, el analista político Daniel Montoya realizó esta observación: “Hoy el destino del oficialismo parece definido tras tres años de caída sistemática en sus niveles de aprobación y, en particular, a raíz de un proceso inflacionario amenazando con cruzar la frontera del triple dígito. Sin embargo, este nuevo marco conceptual del tiempo le abre al Gobierno la chance de introducir una cuña que puede ser aprovechada en la medida en que en las jugadas subsiguientes logre enhebrar acciones que le den sustento a la idea de un escenario nuevo abierto por las geniales gambetas de Lionel Messi. La posibilidad está desde el momento en que una oposición poco seductora no logró instalar aún la idea de un candidato natural, como sí lo hizo con Macri en 2015. Al Gobierno le queda poca vida, pero aún tiene los penales por delante. Buena ocasión para recordar que el partido no termina”.
La especialista en opinión pública, Shila Vilker, realizó esta distinción: “Este seleccionado tiene la virtud de ser una de las pocas cosas que han movilizado un sentimiento homogéneo, sin distinción de adhesión por algún color político. Probablemente, esto tenga mucho que ver por el carácter apolítico de la Selección. Es un equipo con escasas declaraciones de corte político, incluso social”. Y agrega: “Por otro lado, en nuestras mediciones, la situación política del país sigue oscilando en los mismos valores. Así que de alguna manera es una especie de pausa en una línea de malestar y dificultades que no revierte la escena crítica, aunque sí un cambio anímico en consideración para los oficialismos. Puede ser que esta reversión anímica pueda servir al Gobierno, pero la pregunta es: ¿cuánto durará?”.
La consultora Jorge Giacobbe y Asociados determinó ante la pregunta: “¿La Selección argentina influye en tu voto?”. Sobre 2.500 encuestados, un 93,1% declaró que el resultado deportivo no influiría, mientras que un 6,2% lo afirma. También, la misma encuestadora realizó la siguiente hipótesis: “En caso de que Argentina obtuviera el campeonato del mundo, ¿cree usted que eso favorecería al kirchnerismo en las siguientes elecciones?”. El resultado fue más repartido, en comparación con el anterior interrogante, un 77% sostuvo que votaría igual que antes y un 19,9% lo elegiría.