Tras los serios incidentes que se vivieron el miércoles en la capital cordobesa por el rechazo a una reforma previsional, la ciudad de Rosario fue ayer escenario de nuevos enfrentamientos entre el gobierno provincial y un grupo de manifestantes que protestaban contra la suba del boleto de transporte urbano de pasajeros.
Después de los incidentes, varios medios locales y nacionales denunciaron que la protesta habría sido organizada por el kirchnerismo, hecho que interpretaron como una represalia del gobierno nacional por el rechazo del gobernador Hermes Binner a las retenciones, durante el conflicto con el agro.
En este sentido, el edil socialista Miguel Pedrana calificó de “premeditada” la situación de violencia y consideró lamentable “que usen a jóvenes para hacer daño a la democracia”.
Pese a que los manifestantes intentaron ingresar al recinto adonde se votaba el aumento, la policía los frenó y la bancada socialista logró aprobar por mayoría simple el proyecto impulsado por el intendente Miguel Lifschitz.
Entre las organizaciones que se autoconvocaron para expresar su rechazo al aumento del boleto estaban Barrios de Pie, Movimiento Evita, Fuerte Apache y la Corriente Federal Kirchnerista.
Mientras tanto, Binner fue recibido por el flamante jefe de Gabinete, Sergio Massa, a quien le reclamó los cerca de mil millones de pesos de deuda que el gobierno nacional mantiene con la provincia de Santa Fe.
Lo mismo hizo el cordobés Juan Schiaretti, otro de los gobernadores enfrentados por el gobierno por el conflicto con el campo. Schiaretti prometió que si el Estado paga la deuda que tiene con la provincia, su gobierno derogará la reforma provisional que el miércoles generó serios incidentes en los alrededores de la Legislatura provincial y que, según dijo, fue forzada por una deuda de cerca de 1.600 millones con la caja provisional local.
Massa también recibió a la fueguina Fabiana Ríos (ARI), quien le reclamó ayuda financiera para la provincia, que atraviesa una difícil situación económica.