A una semana del ballottage, existe una sensación generalizada –sustentada en los números que indican las encuestas– de que Mauricio Macri se convertirá en el próximo presidente de los argentinos. No obstante, ninguno de los analistas consultados por PERFIL se anima a dar por definitivo el panorama y coinciden en que la única esperanza para Daniel Scioli está en convencer a la franja de indecisos que votaron a Sergio Massa en la última elección.
Los estudios de opinión pública difundidos en la última semana muestran diferencias de hasta 11 puntos a favor del candidato presidencial de Cambiemos. El debate que se realizará esta noche sumado a las definiciones de la semana final de campaña (en la que según los especialistas una porción importante de la sociedad decide su voto) pueden ser las dos claves para que Scioli revierta la tendencia.
En ese sentido, la mira quedó puesta en sectores peronistas que eligieron a Massa, tienen una visión crítica del kirchnerismo, pero son reticentes a votar a Macri. No obstante, el problema para el postulante del Frente para la Victoria es que algunos encuestadores consideran que el nivel de indecisos no es lo suficientemente alto como para generar ese vuelco. Según seis sondeos, en promedio, habría un 7% de indecisos.
Para Ricardo Rouvier, la brecha entre Scioli y Macri se achicó en la última semana. Aunque no especificó si se trata de una tendencia, detectó que la reducción coincidió con el inicio de los spots. El consultor aseguró además que la cantidad de indecisos creció entre la primera vuelta y ahora, de 4,4% a 6%. “Eran votantes de Sergio Massa que todavía no definieron por quién van a votar”, explicó. Para él, el debate “no define una elección, sino que confirma el voto que uno ya tiene. Depende de cómo se dé puede cambiar en una mínima expresión el escenario; a esto hay que sumarle la campaña que hace falta para revertir este clima que sin duda existe”.
Luis Costa, de Ipsos, ve el escenario “medio cerrado”. “Está difícil para Scioli darlo vuelta, pero eso no quiere decir que no se pueda dar”, agrega. Y critica su campaña por no ser “coherente” y dice que “hoy ya es todo muy tarde”.
Analía del Franco señaló que el escenario hoy favorece a Macri, pero considerando que en la última elección mucha gente se definió en los últimos cuatro días, y que en el debate se colocaron muchas expectativas, “es prematuro aventurar un resultado”. También se refirió al indeciso que en la primera vuelta votó a Massa. “Hay un votante de Massa que está dispuesto a escuchar, que quiere un cambio, pero no cualquier cambio. Otros ya se decidieron. Pero este votante en particular compró el discurso del cambio justo y por lo tanto reivindica cosas del kirchnerismo”, precisó. Del Franco advirtió que, hoy por hoy, los votos de Massa se distribuyen un 55% para Macri, un 30% para Scioli, y el resto de indecisos. Para Management&Fit esa relación es de 59% a 21%, y para González y Valladares, 64% a 24%.
Mariel Fornoni, de M&F, aseguró que una dificultad con la que se encuentran es que los indecisos (para ella un 11%) no dan muchas pistas para proyectarlos. “Dos tercios son votantes de Massa. Y responden todo al medio: quieren cambio, pero con continuidad; no tienen imagen ni buena ni mala del Gobierno, nunca votaron a Scioli ni a Macri y ni siquiera se acuerdan a quién votaron en 2011”, describió.
De acuerdo con Graciela Römer, Scioli puede capturar parte del voto de Massa, pero no en suficiente volumen como para revertir el escenario. “Más allá de la espuma que produjo la inesperada elección, el marco general muestra una cristalización de situación a favor de Cambiemos”, precisó. “Hay una versión de Scioli a destiempo. Si este Scioli se hubiera mostrado antes del 25 de octubre, probablemente el resultado habría sido otro”, añadió.
Para Carlos Fara, “la discusión es por el número, no por el resultado”. “Por el contexto, no debería haber sorpresas”, analizó.