Gracias al aporte de McCain Argentina se puso en funcionamiento una Unidad Demostrativa de Producción de Biogas en la localidad de Los Pinos, Buenos Aires, una comunidad rural de poco más de 300 habitantes ubicada al sudoeste de Balcarce. El proyecto fue llevado adelante por un equipo transdisciplinario de investigadores y docentes de distintas instituciones (Conicet, INTA, UNMdP, INTI), junto a vecinos de la comunidad.
En el sector rural existen deficiencias en el tratamiento de los residuos que generan contaminación de aire, suelos y cursos de agua. Eso afecta la calidad de vida de la población y del medioambiente. Simultáneamente, estas comunidades padecen de dificultades de acceso a la energía: el suministro eléctrico es costoso e inestable, la red de provisión de gas es escasa y los sistemas de cocción y calefacción se basan en el uso de leña. La instalación de un biodigestor no solo mitiga estos problemas, sino que aporta diversos beneficios a la comunidad en la que se instala.
“Es un gran paso adelante, tanto para la conservación del medioambiente como en el desarrollo de la comunidad de Los Pinos”, agrega Sabiene Lima, gerente Latam de Sustentabilidad de McCain Argentina. “La planta de Balcarce ya contaba con un biodigestor, estábamos familiarizados con sus beneficios y por eso no dudamos en sumarnos a esta iniciativa”
“Nos resultaba muy interesante como tecnología, no solo por la producción de energía en sí, sino por su potencial en el tratamiento de residuos y en la mitigación de la contaminación. Es una tecnología que tiene beneficios con los que otras energías renovables no cuentan”, asegura Mercedes Echarte, investigadora del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y del Conicet, y docente de la Universidad de Mar del Plata. Esos beneficios incluyen la generación de puestos de trabajo, la autogestión de la energía en comunidad, la diversificación de la matriz energética y la posibilidad de contar con una energía de base que no depende de las condiciones climáticas.
El biodigestor permitirá valorizar los residuos, ya que descompone materia orgánica transformándola en biogas, biofertilizantes y energía eléctrica. Además, promueve el desarrollo sostenible aportando en el ahorro de la emisión de gases de efecto invernadero y mejora las condiciones sanitarias, al evitar malos olores e insectos.
La financiación de McCain Argentina permitió que el proyecto se transformara en un sistema de biodigestión en dos etapas. Gracias a esto se generará electricidad que será utilizada también para alimentar los pozos y el alumbrado público. Además, la idea es que el excedente sea comercializado y aporte al mantenimiento, reinversión y crecimiento de la planta. En palabras de Echarte, “soñamos con que, el día de mañana, la energía en Los Pinos sea autoproducida”.