En los 90, durante el gobierno de Carlos Menem se firmaron una serie de convenios de reciprocidad de inversiones con los Estados Unidos y México. Es decir, se facilitó la posibilidad de que una empresa de acá invierta en esos países. Y viceversa, claro.
Esos convenios facilitan que una compañía extranjera pueda invertir en una local, algo que la Ley de Medios prohibe: un licenciatario nacional no puede tener más del 30% de capital extranjero. Gracias a esos convenios Clarín podría, por ejemplo, salir a buscar capitales en el exterior para “recomprarse” parte de sus activos