El polémico secretario de Transporte, Ricardo Jaime, presentó hace instantes su renuncia a la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.
"He cumplido una etapa y ratifico plenamente mi pertenencia, mi lealtad, mi compromiso y mis convicciones con el proyecto que lleva adelante desde el punto de vista político e institucional, la compañera presidenta y el compañero Néstor Kirchner", dijo Jaime.
Me parece -agregó- que nos debemos dar una etapa de trabajar fuertemente por el peronismo y yo lo haré en Córdoba junto a Eduardo Acastello y no necesito ocupar un cargo para trabajar en este proyecto".
En tanto se supo que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno se encontraría en la antesala del despacho de la presidenta para presentar su renuncia y se especula con que el ministro de Economía, Carlos Fernández haga lo mismo.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner debe realizar los cambios en el Gabinete, algo que ella había negado el pasado lunes cuando, en conferencia de prensa, descartó más salidas de su cuerpo de funcionarios.
Esta mañana, el vicepresidente Julio Cobos había instado a la Presidenta a realizar un recambio en el Gabinete. "Los fusibles son los ministros y es una buena oportunidad de renovarse", expresó el mendocino.
Quien también había pedido dimisiones, en particular la de Jaime, fue el electo diputado Fernando Pino Solanas, quien ayer solicitó la renuncia de Julio De Vido, Guillermo Moreno y Ricardo Jaime.
Dos funcionarios polémicos. Desde hace algunas semanas, Jaime estaba otra vez en el centro de la polémica debido a una denuncia por su vuelos privados en un lujoso jet con patente norteamerica y por aceptar pasajes de empresas a las que su suponía debía auditar como Cometrans, principal accionista de Trenes de Buenos Aires (TBA), compañía que recibe subsidios millonarios del Estado.
Guillermo Moreno es otro de los funcionarios k más cuestionados por la opinión pública. Su manipulación en los índices del INDEC, principalmente la inflación, y los violentos métodos de persuasión que utiliza para negociar con empresarios le dieron una fama de duro dentro del ala más pingüina del Gabinete. Ganó también su apodo de "pistola" porque, según cuenta, a la hora de negociar apoya un revolver sobre el escritorio.
Mes a mes, los trabajores del organismo estadístico denuncian aprietes con patotas y la adulteración de los números oficiales. Su rol protagónico en el conflicto con el campo, también lo puso en el centro de la polémica cuando en un acto en Plaza de Mayo llegó cantando contra los "gorilas de la Sociedad Rural".
Jaime, un menemista k. Jaime fue siempre mirado con desconfianza por Cristina que veía en el cierto menemismo residual debido a su ostentoso modo de vida.
El cordobés viaja cada fin de semana a su amplia casa en el country Cuatro Hojas, en esa provincia, donde según el testimonio de sus vecinos, tiene perfil bajo, algo que pierde cuando los fines de semana sale a pasear por las calles del barrio en su moto BMW con casco y vestido de negro. Es que el funcionario k es un amante de las Harley Davidson.
En la Capital, su vida es distinta; la de todo un "bon vivant". Ama vestir trajes de confección, corbatas de colores estridentes, y accesorios de oro (ver foto). Le fascinan los zapatos, las motos, las lapiceras y los relojes de colección. Otro dato sobre su personalidad: en su oficina siempre prefiere emplear a mujeres atractivas.