"Así vamos a perder un millón de votos", le habría dicho el presidente Néstor Kirchner a un senador nacional afín, en una conversación telefónica el pasado martes 17 cerca de la medianoche, tras los incidentes ocurridos en la quinta de San Vicente, según destaca una investigación realizada por la revista Noticias.
Durante la charla, el primer mandatario le confesó su verdadera interpretación de los hechos y tras comentarle al funcionario su preocupación por la pérdida de votos, el senador le habría respondido: "Me parece que te quedás corto".
Según el informe, mientras se desarrollaban los incidentes Kirchner se encontraba acompañado por su esposa Cristina Fernández y algunos funcionarios y, entre dientes masculló, "Yo sabía, este acto no tendría que haberse hecho". Dicen que lucía devastado, colérico y que estaba rabioso consigo mismo.
"Fue un error dejar todo en manos de Hugo (Moyano); ahora lo vamos a pagar nosotros", se animó a decir uno de su entorno. "Y encima, vos no estabas de acuerdo", lo reivindicó otro.
En ningún momento, Kirchner había esbozado en la intimidad la más leve teoría conspirativa, que 24 horas después finalmente proclamó a los gritos en el acto de José C. Paz, pidiendo que no lo dejaran solo. "Solo no puedo", rogó. La verdad es que el primer mandatario desconfió en todo momento del acto, pero se dejó llevar.
Por eso su rabia. Primero porque hace tiempo que no se considera un "peronista de Perón". Su estilo es cero liturgia, nada de Marcha Peronista y escasos retratos de Perón y Evita en sus actos.
Según le confió un ministro a Noticias, el pasado martes 17 Kirchner estuvo a punto de subirse al helicóptero, pero "se frenó al ver las primeras imágenes por la tele. ¡Por suerte!. Ése es el problema de agrandar a tipos como Moyano, le soltás la cuerda y no los podés controlar. Son serviciales, pero salen carísimo".
