Cristina Fernández de Kirchner enfrenta una nueva amenaza de piquete justo en la tierra que la vio nacer como política, Santa Cruz. El viernes inaugurará en Pico Truncado una planta cementera, construida con los polémicos fondos de Santa Cruz en el exterior, y desde la UOCRA local prometen recibirla con un piquete.
Los trabajadores santacruceños exigen al gobernador Daniel Peralta el pago de un subsidio a las empresas contratistas de 500 pesos por trabajador, prometido durante la campaña electoral. Si esto no ocurre, además del piquete a Cristina (garantizado cada vez que visite la provincia), podrían paralizar la obra pública en el norte provincial y cortar la Ruta Nacional 3, a la altura de Caleta Olivia, según informa el diario Ámbito Financiero.
En el fondo de este caldeado clima político hay otra pelea: la interna entre el ex presidente, Néstor Kirchner, y el gobernador Peralta. Kirchner está enojado con Peralta por su decisión de pagar sueldos con fondos de remesas nacionales destinadas a obras públicas que, en su mayoría, corresponden a empresario amigos del ex presidente.
Esta medida ha cultivado aún más el perfil de “independencia” que se esmera por mantener Peralta, a sabiendas de que a Kirchner eso no le gusta nada, ya que prefiere la figura del gobernador como un delegado suyo, a cargo de la provincia. Los enfrenta también el conflicto del campo, en el que Peralta cuestioná la postura oficial. El titular del ejecutivo santacruceño fue uno de los críticos del último acto en Plaza de Mayo, al que finalmente terminó asistiendo.
En el trasfondo, el descontento K radica en que Peralta “dice una cosa en Buenos Aires y otra en Río Gallegos”, según comenta por lo bajo Kirchner. Mientras tanto, Cristina deberá lidiar con estas internas en su visita de fin de semana al terruño presidencial.