Kirchner vivió obsesionado por los medios hasta el final

La prueba de que Néstor Kirchner no descansaba  y más aún, no había bajado el ritmo de trabajo previo a los episodios coronarios, es el ejemplar de USINA (Unidad del Sistema Informativo de la Nación Argentina) con fecha del viernes 22 de octubre que quedó en El Calafate. El cuadernillo de más de 100 páginas resume la información de prensa más relevante para el Gobierno, y era uno de los documentos más consultados por Kirchner cada día. Pese a que tenía un iPad para leer la prensa del mundo con comodidad, prefería hojear la síntesis de USINA. Allí estaba todo lo que le interesaba: las tapas de los diarios nacionales y los artículos principales donde se lo mencionaba. Cada ejemplar que emite esa repartición lleva el nombre y cargo del funcionario en la tapa (ver foto). El del ex presidente sólo estaba rotulado con su nombre: "Dr. Néstor C. Kirchner".

El último ejemplar de USINA que tuvo Kirchner recogía todas las repercusiones del crimen de Mariano Ferreyra, ocurrido dos días antes en Buenos Aires. En la emergencia del miércoles,  los secretarios y choferes que asistían a la pareja presidencial perdieron el ejemplar de prensa de Néstor Kirchner del 22 de octubre, cuya reproducción puede verse en la fotografía capturada con un celular.

En el 2006, la revista Noticias reveló a qué se dedicaba USINA: "Las oficinas de ese departamento dedicado al seguimiento minuto a minuto de los medios –diarios, cables de noticias, tevé y radio– funcionan en la planta baja de la Casa Rosada. Son unos 60 hombres al mando del vocero del Presidente, Miguel Núñez, y del polémico secretario de Medios, Enrique "Pepe" Albistur, que depende del jefe de Gabinete, Alberto Fernández". Aunque todos los contenidos -texto, audio y video- que recoge USINA pueden ser vistos vía web mediante una contraseña, Kirchner siempre prefirió ese resumen de papel para monitorear no sólo que decían los opositores, sino también para saber qué y con quien dialogaba cada funcionario.