El presidente Néstor Kirchner y su par chilena, Michelle Bachelet, firmaron hoy el acuerdo para el llamado a licitación para la contrucción del Tren Trasandino que unirá ambos países a través de la Cordillera de los Andes.
Fue la primera vez que los presidentes se vieron las caras, tras la tensión diplomática que generó el aumento de la tarifa del gas que la Argentina le vente a Chile.
En ese marco, y con la expectativa que el encuentro había generado, los madatarios mostraron señales de acercamiento y conciliación, en un evento que careció de discursos altisonantes.
Kirchner y Bachelet lanzaron el emprendimiento en el establecimiento bodeguero Trivento, de propiedad chilena, situado en el departamento de Maipú -a unos 25 kilómetros al sureste de la capital mendocina. El Tren Trasandino requiere una inversión de 299 millones de dólares.
Luego de una palabras del gobernador de Mendoza, Julio Cobos, la presidenta de Chile, afirmó que para su gobierno es "esencial la integración" regional y dijo que con la Argentina, la cordillera de los Andes "separa, pero también une".
“No podía dejar de alegrarme la magnitud de la obra que hoy hemos acordardo, creo que es muy importante porque era un sueño de muchos años. El Tren Trasandino va a estar en funcionamiento prácticamente todo el año y su interrupción será no menos de una semana. Vamos a pasar de una a tres alternativas de desplazamiento”, aseveró.
Bachelet señaló además que “este asunto no solo beneficia a Chile y Argentina sino que también es para asegurar que lleven nuestros productos a los mercados del mundo. Me alegra que estemos aquí para revalidar la tenaz ocasión que argentinos y chilenos tiene para trabajar juntos”.
La primera mandataria chilena resaltó el esfuerzo de las cancillerías de ambos países para “encontrar fechas ciertas para nuestros encuentros” y dijo que con los recientes acuerdos “se ha afianzado diariamente la amistad chileno-argentina”.
“ Le expreso el firme compromiso de mi gobierno para que chilenos y argentinos valoremos estos hechos de solidaridad”, concluyó.
Por su parte, Kirchner remarcó al minicio de su discurso que “integrarse no es fácil, ya que, tiene sus idas y sus vueltas y es necesario disentir y acordar”, a la vez que dijo que “la integración debe ser ejecutada en cuestiones concretas”.
“La integración debe ser analizada como proceso. Esta obra requería de la reconstrucción completa del lado chileno y de la recomposición del lado argentino. Una vez terminada esta obra será un importante avance y favorecerá en nuestra economía”, afirmó.
El presidente argentino aseveró, además, que “si estamos construyendo es porque otros destruyeron. Esperemos que después de nosotros sigan construyendo”.
“Damos fe del renovado empeño de argentinos y chilenos de vencer los obstáculos.Creo y participo de este esfuerzo. Es mucho lo que hemos avanzado pero aún falta mucho camino”, indicó.
Luego Kirchner agregó que “Estos presidentes creen profundamente en esta alianza comparten que el proceso de integración ha alcanzado la madurez que se centra en la confianza mutua. Estamos con temple madurez y responsabilidad, pero sin hipocresía, remarcó.
Kirchner, y su comitiva, llegaron a las 11.45 al sector militar de la Cuarta Brigada Aérea, donde fue recibido por el gobernador Julio Cobos y funcionarios mendocinos. Posteriormente en la misma plataforma aérea arribó la presidenta chilena, Bachelet, que fue recibida por el presidente Kirchner, el mandatario gobernador, y numerosas autoridades
El problema para Chile es grave: el gas que recibe de Argentina es la columna vertebral de su estructura energética. Por eso, la presidenta trasandina quiere que se mantenga el subsidio y tiene la intención de que este tema se incluya en la agenda de hoy. Lo más probable es que Kirchner rechace el pedido de Bachelet.
S bien el canciller chileno Alejandro Foxley había confirmado que el conflicto por el gas sería “parte de la agenda” del encuentro y que Bachelet mostraría la misma posición que dejó plasmada en la carta que le envió a Kirchner a fines de julio, es decir que continúen los subsidios en los envíos del gas, nada de eso ocurrió.
El argumento de Kirchner era más sencillo: en caso de haber tocado el tema habría dicho que la delicada situación energética por la que pasa el país, sumado a la suba en el precio del gas boliviano, no le permiten mantener los subsidios.