POLITICA

Kirchner:"No tenga miedo gobernador Scioli, diga quién le ata las manos..."

El ex Presidente culpó de la inseguridad a los jueces "que liberan delincuentes", a Menem por la pobreza, a la oposición y a la policía bonaerense.

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El "relato K" ofrece, diariamente, nuevos y sorprendentes capítulos. Se sabe que Néstor Kirchner y Cristina Fernández acostumbran "comentar" temas de la realidad como si no llevaran siete años en el poder, pero el discurso de hoy del ex Presidente merece un lugar en un hipotético podio, sobre todo porque no sólo volvió a desvincular a las gestiones K de cualquier responsabilidad en el tema inseguridad, sino que casi ridiculizó públicamente al gobernador Daniel Scioli (ex vice de Kirchner, además), al "sugerirle" que "no tenga miedo y diga quién le tiene las manos atadas".

La frase venía a cuento de lo que dijo el marido de Carolina Píparo (víctima de una feroz salidera bancaria) sobre su encuentro con Scioli. Kirchner hoy venía criticando a la jueces "porque dejan que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra", y también apuntaba a los dirigentes opositores "por su discurso simplista". Hasta ahí su discurso era el habitual, escuchado hasta el cansancio, seguramente Scioli no esperó la frase que seguía: "no tenga miedo gobernador Scioli, porque usted nunca lo tuvo. Diga quién le ata las manos, porque hay que hablar con nombre y apellido, hay que solucionar el problema de la justicia, porque todavía nuestra justicia, no toda, porque generalizar es malo, no sólo retarda, sino que en el propio retardo de investigaciones genera acciones que permiten que escondiéndose en un falso garantismo, los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra". El aplauso que siguió a la frase, y la mueca de Scioli que quedó entre sonrisa y sorpresa, quedarán en el anecdotario K.

Las críticas del oficialismo a los jueces, luego de 7 años con el kirchnerismo dominando con su mayoría el Consejo de la Magistratura y luego del impulso del oficialismo a numerosas leyes que acotaron penas y favorecieron excarcelaciones, pueden enmarcarse en la habitual actitud política de eludir responsabilidades en temas candentes, pero el "plus" de poner a Scioli en la incómoda situación de "decir quién le ata las manos" y "no tener miedo" permite numerosas interpretaciones.

Kirchner hablaba al lanzar el Frente Peronista Nacional, corriente interna del kirchnerismo liderada por intendentes de la Federación Argentina de Municipios (FAM) que conduce el ultraoficialista ntendente de Florencio Varela, Julio Pereyra.

"No van a pasar a la historia los que más especulan, sino los que más se jueguen. Nos interesa tener la iniciativa política en Argentina para seguir generando los cuadros políticos que el país necesita", señaló Kirchner durante el acto realizado en el barrio de La Boca.

Asitían a la cita los gobernadores Scioli y José Luis Gioja (San Juan), el senador José Pampuro, y los ministros Florencio Randazzo (Interior), Alicia Kirchner (Desarrollo Social) y la diputada María Teresa García, entre otros.

Luego de someter a Scioli al escarnio de "pedirle que diga quién le ata las manos", Kichner la emprendió contra Duhalde, su mentor en el poder, señalando que "la seguridad no la van a traer aquellos que tenían la mejor policía del mundo y nos dejaron en un fango". Lo curioso es que esa frase también representaba una crítica a Scioli, que en cada discurso y micrófono periodístico reivindica a la policía bonaerense y su "esfuerzo" en la lucha con la delincuencia.

Luego de denostar a la policía bonaerense heredadad del duhaldismo, Kirchner pidió "profundizar la claridad de la actuación de los cuerpos de seguridad, porque la gente tiene que recuperar la confianza en sus cuerpos policiales y fuerzas de seguridad en general"...

Kirchner subrayó luego que "la seguridad no la van a traer tampoco aquellos pactando en las sombras con la delincuencia institucionalizada". Fue horas después que la Cámara Federal apercibiera públicamente al juez Norberto Oyarbide por no impulsar las investigaciones a funcionarios en el llamado Remediogate , por citar un caso, y apuntó enseguida contra Carlos Menem, al que sin nombrar acusó de "haber generado la inseguridad generando bolsones de pobreza en la década del '90".  Debe ser el mismo Carlos Menem que es hoy un aliado clave del kirchnerismo en el Senado, aportando presencia y voto en los temas especialmente sensibles para el gobierno, y faltando cuando lo reclaman las bancadas opositoras.

Kirchner siguió diciendo que le "causa profundo dolor ver a dirigentes que aprovechando esa inseguridad buscan sacar rédito político" y consideró que "es un acto de barbarismo vincular la inseguridad con la política de derechos humanos". "No queremos derrotar la inseguridad de la Argentina ni con torturas, ni desaparecidos, ni persecuciones injustas. Queremos que los verdaderos delincuentes vayan a las cárceles", aseguró.

Agregó que : "si no se hubiera hecho trabajar en crímenes de lesa humanidad a la Policía bonaerense no estaríamos sufriendo lo que estamos sufriendo", en obvia alusión al papel de esa fuerza durante la dictadura, pero evitando mencionar nombres propios, apuntó enseguida al diputado por el Peronismo Federal y candidato a gobernador bonaerense, Francisco De Narváez, cuando recordó a "esos dirigentes que se acomodan con cada hecho de inseguridad" y "en 2009 recorrían la Provincia diciendo: 'tengo un plan'. Si les preocupa tanto porque no traen un plan a ver si lo aplicamos", desafió.

Luego, cuestionó a toda la oposición parlamentaria y volvió a los jueces, al señalar que "cada vez recrudezca un tipo de delito, dicen saquemos una nueva ley". "Se pueden sacar 550 mil leyes, pero si quienes tienen que administrar justicia, no se deciden a actuar, y quienes tienen responsabilidad política de mandarlos a actuar, no lo hacen, podrá haber 700 leyes y vamos a seguir estando con distintos tipos de problemas como secuestros, desarmaderos, salideras bancarias, con sancionar una ley no alcanza", señaló finalmente Kirchner. Admitía de esa manera que nada pudo hacer en estos siete años contra la inseguridad.