POLITICA

La Argentina gira hacia el centro

Cristina termina su ciclo y su sucesor, Macri o Scioli, se le parecen poco. El desbande kirchnerista.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner dejará el poder tras 8 años de mandato.
| Cedoc

Gane Macri, el favorito en las encuestas, o gane Scioli, la Argentina está girando hacia el centro luego de cuatro años en los que Cristina Kirchner quiso ir por todo y termina con muy poco, sin siquiera colocar como candidato oficialista a su preferido y con un dirigente afín que perdió en la fortaleza peronista de la provincia de Buenos Aires.

El ciclo kirchnerista finaliza hoy, pero comenzó a flaquear mucho antes, por ejemplo cuando la Presidente no pudo disuadir a su ministro Florencio Randazzo para que bajara a candidato a gobernador bonaerense y tuvo que conformarse con su jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

De allí, el espectáculo de los últimos días, con dirigentes kirchneristas de diverso espesor pataleando para permanecer en sus cargos estatales si —según parecen resignados— Macri gana el balotaje. El ciclo termina, pero ellos quieren permanecer con sus sueldos y los oropeles financiados por los ciudadanos.

Cuatro años atrás era otra historia. Cristina logró la reelección en primera vuelta y con el 54 por ciento de los votos. Pero, cometió muchísimos errores; el más importante, rodearse de los dirigentes de La Cámpora, un grupo de jóvenes leales pero inexpertos, voluntariosos pero poco lúcidos.

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En la cumbre de su poder, se vio a la peor Cristina. Dos años después, perdió las elecciones legislativas en la decisiva provincia de Buenos Aires y se esfumaron sus sueños de una nueva reelección para lo cual necesitaba reformar la Constitución.

El resto es más reciente: al final, tuvo que conformarse con Daniel Scioli como candidato presidencial. No era su preferido y con razón: él está en el centro del espinel y se le parece poco, más allá de su discurso de campaña de los últimos días, centrado en las promesas de mantener los subsidios y eludir la devaluación.

Scioli es, en realidad, más parecido a Macri, algo que, en el fragor de la campaña, ambos rechazan. Los acerca la historia común, sus relaciones, lo que decían hasta la primera vuelta más allá de lógicos matices.

En PRO también niegan que sean una fuerza de centro o de centro derecha; sus intelectuales dicen que forman algo nuevo, que va más allá de esas categorías del “siglo pasado”. Tal vez sea cierto, aunque es probable que sea un reflejo más de esa pretensión fundacional que tanto caracteriza a nuestra cultura política. Siempre estamos queriendo inventar lo que no existe en ningún otro lado.

Más allá de lo que digan, ambos son diferentes de la Presidenta. Es que la opinión pública está girando hacia el centro.


*Editor ejecutivo de Fortuna, su último libro es Doce Noches. 2001: el fracaso de la Alianza, el golpe peronista y el origen del kirchnerismo.