La conclusión que arrojó la autopsia realizada al cadáver del ex prefecto Héctor Febres determinó que murió por envenenamiento por cianuro viene a confirmar las sospechas puestas de manifiesto en la semana por el abogado Rodolfo Yanzón, representante de los sobrevivientes Carlos García y Alfredo Margari. También otros sobrevivientes del centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica Superior de la Armada (ESMA) y abogados habían dado a conocer sus sospechas.
Cuando se difundió la muerte de Febrés, Yanzón había comentado a perfil.com sus sospechas. "Tenemos serias sospechas de que la muerte fue provocada y no fue natural. Se produjo en una cárcel no común sino bajo las autoridades de la Prefectura Naval, una de las instituciones que ha sido directamente responsable de lo que pasó en la Escuela de Mecánica de la Armada", afirmó.
"Esto constituye un hecho de inusitada gravedad y una responsabilidad de la Prefectura Naval y de los jueces que dispusieron su alojamiento en ese lugar. Nosotros desde hace un año que venimos pidiendo que los represores deben ser encerrados en cárceles comunes", agregó Yanzón.
El represor fue encontrado muerto el lunes a la mañana en la habitación de la base de la Prefectura Naval en Tigre donde estaba detenido, cuando restaban sólo cuatro días para que se conociera el fallo en el juicio que se le mantenía por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar. La Fiscalía había pedido para Febres 25 años de prisión.
Fuentes judiciales informaron que el lunes Febres no se levantó a desayunar y a las 10.30 los guardiacárceles, extrañados por ello, abrieron la puerta del cuarto y lo encontraron sin vida.
Otros obrevivientes del campo de concentración que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde actuó Febres, consideraron que el represor fue "asesinado" y acusaron a la Prefectura y al ex ministro del Interior, Aníbal Fernández.
El tribunal que juzgaba a Febres iba a dar a conocer hoy el veredicto, cuando el acusado tendría la oportunidad de decir sus últimas palabras. Según dijo Yanzón, "teníamos una pequeña esperanza de que contara algo". "Este es un mensaje de que nadie va a hablar, de la existencia de un pacto de silencio y que nadie va a ser condenado", sentenció.
"Un perito de parte confirmó que se encontró en el cuerpo de Febres abundante cantidad de cianuro, en vísceras, fluidos y sangre", dijo Enrique Fukman, querellante en el proceso. Añadió que "se demuestra también la falacia de que los represores están detenidos en ámbitos militares por seguridad; están para tener privilegios o puedan operar como en este caso".
Además, responsabilizó a la "máxima cúpula de la Prefectura, que tenía que cuidarlo y asegurar que llegara con vida (al final del juicio), al ex ministro del Interior Aníbal Fernández, porque de él dependía la fuerza; al juez federal (Sergio) Torres que los alojó en la Prefectura de Tigre y al Tribunal Oral Federal 5 que en el juicio negó su traslado a una cárcel común".
En ese sentido, pidió que "todos los militares genocidas sean trasladados en forma inmediata a cárceles comunes", que "no siga habiendo juicios parciales en la causa ESMA y el año próximo haya un solo juicio".
Carlos Lordkipanidse, ex detenido, advirtió que "habíamos vaticinado esto, que ahora es mucho más grave: hace dos días teníamos el deceso de Febres, ahora tenemos el asesinato".
"Alguien le dio esa alta cantidad de cianuro, no se suicidó; estamos hablando de asesinato y hay que llevar hasta las últimas consecuencias esta investigación", advirtió.
Por su parte, la abogada de la querella del colectivo 'Justicia Ya' Myriam Bregman dijo que Febres "tenía condiciones de privilegio, estaba en un departamento de dos ambientes con dvd y teléfonos celulares". "Estamos preparando una denuncia por esas condiciones sobre cuyas consecuencias nosotros veníamos advirtiendo", dijo la letrada a DyN.
Fuente: Télam y DyN