Si por un lado La Cámpora fue una importante fuente de reclutamiento para la nueva SIDE, el área de escuchas judiciales quedó por fuera de la influencia directa. Desde el alejamiento de una funcionaria cercana al camporismo de la ex Dirección de Observaciones Judiciales, conocida como Ojota, antes bajo el dominio del oscuro espía Jaime Stiuso, la “orga” perdió peso en ese sector de inteligencia.
La reforma reconvirtió a esa zona históricamente gris en el Departamento de Interceptación (Dicom), la autonomizó de la nueva SIDE y puso bajo la órbita del Ministerio Público Fiscal. Su nueva directora y encarada de ordenar las escuchas tras una orden judicial, la fiscal Cristina Caamaño, rechaza con perfil bajo la posibilidad de convivir con comisarios políticos. Por eso celebró sobriamente el alejamiento de la ex Ojota de la joven Josefina Kelly Neira, cercana al secretario general de la Presidencia, Eduardo “Wado” De Pedro.
A diferencia de lo ocurrido en el área de las pinchaduras (que suma 200 empleados), la modificación del organismo fue más generosa con La Cámpora en la creación de la nueva SIDE (Agencia Federal de Inteligencia). La AFI sumó 138 nuevos integrantes, incluidos militantes, concejales y dirigentes cristinistas. En la misma línea política, dentro de la AFI ocupó un rol central el diputado sabbatellista Marcelo Saín, ideólogo de la reforma y flamante director de la Escuela Nacional de Inteligencia. Esa influencia creciente de Saín ya generó cierta desconfianza interna, sobre todo desde la ex Ojota. El recelo se potenció la semana pasada con la difusión de la Nueva Doctrina de Inteligencia Nacional ideada por Saín.