Esta semana, PERFIL accedió a más datos sobre el caso del secuestro del hijo del fiscal Eduardo Taiano, ocurrido el 28 de marzo de 2005, mientras el funcionario judicial debía decidir si apelaba o no la decisión de un juez de sobreseer a Néstor Kirchner en una causa por enriquecimiento ilícito, como reveló este diario el domingo.
PERFIL accedió a la denuncia presentada por Taiano y su hijo aquel lunes de 2005, en la que quedó asentado el secuestro. La causa por privación ilegítima de la libertad 4252/05 tramitó en el juzgado 11, secretaría 22. Se cerró el 12 de mayo de ese mismo año, ya que la víctima jamás pudo identificar a sus captores ni el auto en el que fue introducido.
Taiano fue denunciado esta semana ante la Justicia por supuestamente dejarse presionar por el secuestro de su hijo y en virtud de ello no apelar el sobreseimiento de Kirchner.
La denuncia contra el fiscal fue presentada por el abogado Jorge Pérez Grandi, quien acusó a Taiano por incumplimiento de deberes de funcionario público y prevaricato. El lunes, el denunciante deberá ratificar sus dichos. Según pudo saber PERFIL, en el momento del secuestro Taiano tuvo dudas sobre si el hecho significaba un caso de inseguridad “al voleo” o si se trataba de un mensaje del poder para evitar que Kirchner continuara siendo investigado. Muy cerca del fiscal aseguraron a PERFIL que tras el paso de los años, y luego de otras amenazas, Taiano no tiene dudas de que fue “un mensaje claro”.
El fiscal debía comunicar ese día de 2005 si avalaba la medida tomada por el juez Julián Ercolini. Recibió un llamado telefónico: “No llegó”, lo alertó un familiar cuando le notificaron que uno de sus hijos no había llegado a su clase particular de matemática.
El joven, cuyos nombre y edad PERFIL no informa por razones de seguridad, había salido de su casa a las 8.45 de la mañana, según consta en la denuncia del secuestro. Cerca de avenida Santa Fe y Pueyrredón un auto se detuvo a su lado. Actuaron con total impunidad. Había mucha gente alrededor e intenso tránsito. Uno de los hombres que estaban en el auto le pidió la hora y, cuando el joven le contestó, descendió y lo metió adentro. Lo sentaron atrás, con la cabeza gacha. Revisaron sus pertenencias.
No le robaron nada. Abrieron su billetera y vieron que guardaba una tarjeta personal de su padre, en la que consignaba su cargo. Le dijeron: “Sos hijo del fiscal”. “Este pibe es un quilombo”, agregó uno de los hombres. Fue la frase que en una primera instancia llevó al fiscal a pensar que era un caso al voleo. Dieron vueltas durante dos horas. El entonces procurador general de la Nación, Esteban Righi, dispuso custodia para el joven.
Pero las amenazas a Taiano siguieron. En los años subsiguientes, mientras fue fiscal de otras dos causas por enriquecimiento de los Kirchner, uno de sus familiares directos, el mismo que le avisó que su hijo no había llegado a su clase de matemática, fue amenazado por teléfono: “Te va a pasar como al hijo” (en realidad utilizaron el nombre del joven). El fiscal nunca supo quién secuestró a su hijo. La fecha del secuestro y las amenazas subsiguientes le crearon más dudas. También lo relaciona con su accionar en la causa ESMA.