La diputada nacional Sandra Mendoza fue una de las principales protagonistas de los festejos por el 201° aniversario de la Revolución de Mayo que se realizó hoy en la ciudad de Resistencia, más por voluntad propia que por las ubicaciones asignadas por su ex esposo, el gobernador Jorge Capitanich, durante los actos oficiales.
Tras la escandalosa ruptura pública con el gobernador Capitanich en octubre de 2009, la diputada Mendoza pareció haber extrañado, hoy más que nunca, su rol de primera dama chaqueña, al verse relegada a un evidente segundo plano a lo largo de los festejos patrios; aunque su determinación personal ayudaron a que no pasara para nada desapercibida.
La legisladora justicialista fue una de las primeras autoridades en llegar a la Catedral de la capital chaqueña para presenciar el Tedeum encabezado por el arzobispo de Resistencia, monseñor Fabriciano Sigampa. Pero pese a haber arribado a las 12.05, veinte minutos antes que su ex esposo y la presidenta, se vio relegada a las filas secundarias, detrás de los miembros del gabinete nacional y los gobernadores especialmente invitados.
Ello no impidió que Mendoza avanzara raudamente hasta la primera fila, en el momento en que monseñor Sigampa invitó a la misa a darse la paz, para saludar con un afectuoso beso y abrazo a Fernández de Kirchner.
Otra situación peculiar se presentó durante los saludos protocolares que la Presidenta de la Nación y el gobernador anfitrión realizaron en el Salón Obligado de la Casa de Gobierno del Chaco, debido a que la diputada Mendoza también hizo propicia la ocasión para saludar nuevamente a Cristina. Sin embargo, ese grato momento significó el reencuentro público, cara a cara, con su ex marido.
Notoriamente incomoda con la situación, Mendoza estiró una mano fría y distante hacia Capitanich, gesto que el gobernador kirchnerista supo contrarrestar con rapidez acercándose él mismo hasta su ex esposa para saludarla con un beso por cada mejilla. Descolocada, la legisladora se retiró de inmediato del lugar.
Pero el momento más extraño se presentó arriba del Palco Oficial, ya que segundos antes de iniciarse las estrofas del Himno Nacional, la ex primera dama avanzó desde uno de los extremos hasta el brazo izquierdo de la presidenta, parándose incluso sobre la posición que ocupaba el presidente previsional del Senado de la Nación, José Pampuro, quien no pudo disimular su sorpresa por semejante irrupción.
Una vez concluido el himno, la legisladora debió regresar a la ubicación en la que había sido dispuesta: sobre extremo izquierdo del escenario.
Durante los discursos de Capitanich y Fernández de Kirchner y durante el desfile cívico-militar Sandra Mendoza se mostró nerviosa, inquieta, incomoda con la posición que lo tocó ocupar esta vez, ya no como primera dama sino como una legisladora más del oficialismo.
Fuente: DyN