Martín Redrado atraviesa horas cruciales. Horas de idas y vueltas. Tanto en su vida pública como en la privada. Como funcionario es el momento más difícil de su carrera, con presiones desde toda la arena política. Sin embargo, está gozando de un alto nivel de popularidad, gracias a su enfrentamiento con el kirchnerismo. Puertas adentro de su casa, la relación con su mujer, Ivana Pagés, no venía pasando por el mejor momento, pero con la situación actual se le abre un nuevo escenario.
Según le confirmaron a PERFIL fuentes allegadas a la pareja, en el último tiempo el matrimonio Redrado estaba atravesando un proceso de separación. El tiene 48 años y hace unos 20 años es funcionario público de manera casi ininterrumpida; ella, siete años menor, preside la Fundación Argentina para el Bienestar Animal (FABA), organización que busca “elevar la calidad de vida de los animales”. Fue ella la que le habría pedido el divorcio hace ya unos años, pero él siempre se negó a concedérselo.
Al parecer, con el recrudecimiento de la crisis del Banco Central la familia Redrado se aglutinó. El jueves por la noche, cuando el economista se atrincheraba en el Central junto a su grupo de asesores, llegaron a la sede ubicada en la calle Reconquista Ivana y el hijo varón (el mayor de los dos). El pibe, de unos 10 años, se fue del lugar con él recién a las tres de la mañana.