En la mansión de Echeverría 3535, en el barrio porteño de Belgrano R, detrás de un portón pintado de negro para evitar miradas indiscretas, vive hoy el ex presidente y senador Carlos Menem. Los únicos que lo acompañan son su ama de llaves y un sargento de la Policía Federal devenido en secretario, y que ahora también se convirtió en enfermero.
La soledad y las causas judiciales no son los únicos problemas que acosan al hombre que concentró la suma del poder en los '90. Menem tiene problemas de salud cada vez más serios, según reconocen sus allegados. Su diabetes y su hipertensión congénitas se agudizaron. Y su cuerpo, advierten quienes lo rodean, expresa síntomas de deterioro que se traduce en un andar titubeante y cansado.
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