La empresa alemana Siemens está jaqueada por la justicia, ya que enfrenta diversas investigaciones por el pago de U$S 1.700 millones en coimas en todo el mundo, afirmó el diario Clarín. Las dos acusaciones más graves que enfrenta son de la autoridad bursatil de Estados Unidos, que podría costarle contratos en ese país, y de la justicia alemana, que investiga presuntos sobornos a la Argentina.
Los tribunales alemanes investigan a Siemens desde fines de 2006 por irregularidades en todo el mundo. El principal sospechoso es Uriel Sharef, ex director general para América latina y responsable del área energética de la empresa en todo el mundo, un israelí que fue expulsado por la compañía a principios de año, a causa de las acusaciones.
Sharef habría pagado un soborno en Argentina por 4,7 millones de euros a fines de 2003. Así lo revelaron los diarios Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Francfort, y Süddeutsche Zeitung, de Munich, citando fuentes de la fiscalía local, aunque no aclararon ni los destinatarios de los sobornos ni las obras involucradas, según el diario La Nación.
El directivo de Siemens estuvo en el país el 5 de agosto de 2004, ocho meses después del supuesto pago, y se reunió con el ministro de Planificación Federal Julio De Vido. Volvió en octubre de 2006, para la inauguración de una turbina en una central eléctrica de Campana, provincia de Buenos Aires, ya que él había sido el encargado de cerrar el contrato de U$S 1.600 millones por las usinas, sostiene Clarín.
Sharef fue también quien recibio a Néstor Kirchner en su visita a la casa matriz de la empresa en Alemania, en 2005. Además dio una visita guíada a De Vido en una fábrica de turbinas en Francfort, en enero de 2007, y acompañó a la entonces candidata presidencial Cristina Kirchner durante una visita a Berlín en septiembre de ese año, en plena campaña electoral.
La presunta coima habría sido de 4,7 millones de euros, que se habrían pagado a fines de 2003, cuando todavía faltaban cinco meses para que el gobierno de Néstor Kirchner anunciara el plan energético que contemplaba la construcción de dos centrales eléctricas en Timbúes, Santa Fe, y en Campana.
Siemens cerró contratos con Argentina por U$S 3.400 millones desde mayo de 2003, informó Clarín. Para ese entonces, la empresa participaba ya en la electrificación de subterráneos, en la provisión de teléfonos, en obras de mantenimiento para centrales eléctricas y en la informatización de sistemas y call centers.
La empresa alemana ya tiene un historial cuestionable en Argentina. Los directivos que están siendo investigado por la justicia alemana reconocieron, por ejemplo, pagos de sobornos por unos U$S 70 millones al Ministerio del Interior para ganar la licitación para la renovación del sistema informático de documentos de identidad (DNI) en 1998, y otros montos para reactivar el mismo negocioentre 2002 y 2003, que nunca llegó a concretarse.