La Justicia comenzará a discutir en pleno receso si la prisión preventiva de Carlos Zannini, el ex secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, es correcta o no. Justo en un momento en que la oposición, pero también varios sectores del Gobierno, cuestionan el uso y “abuso” de una figura legal que permitió encarcelar a varios ex funcionarios del kirchnerismo este año pero que, en algunos casos, fue utilizada con bases poco sólidas.
El cuestionamiento público que más impacto generó fue el de Mauricio Macri, que la semana pasada advirtió que se trata de una herramienta “delicada”. La eventual libertad de Zannini, preso por el memorándum con Irán desde el 7 de diciembre pasado, se definirá antes de marzo.
Primero deberá pasar por la Cámara Federal, que ratificó hace poco los procesamientos, pero quitó de la escena la figura de “traición a la patria”, calificada por juristas y organismos internacionales como “un disparate”. Luego irá a la Casación. Algunos jueces de ese tribunal, que no son precisamente kirchneristas, ya miran con críticas la decisión de mantener detenido a Zannini. Creen que no es sustentable jurídicamente. Lo mismo se escucha en los pasillos de la Casa Rosada.
Detención. Zannini fue arrestado por orden del juez federal Claudio Bonadio, que lo consideró coautor del delito de traición a la patria y encubrimiento agravado, por haber participado de la elaboración del tratado con Irán que, según el magistrado, impulsaba la caída de las capturas internacionales contra los responsables de haber volado la AMIA.
En paralelo a la detención de Zannini fueron arrestados Luis D’Elía, Fernando Esteche y Yussuf Khalil. El juez también pidió el desafuero y la detención de la ex presidenta Cristina Kirchner, pero el peronismo no alineado al kirchnerismo se negó a tratarlo hasta que no haya sentencia de la Corte Suprema.
La ex presidenta debutó como senadora nacional esta semana, con el tratamiento del Presupuesto, y dedicó varios minutos a una cuestión de privilegio para desafiar a sus pares a que traten el desafuero en cualquier momento. Miguel Picchetto, el jefe del bloque justicialista, advirtió esta misma semana que aun si hubiese otros pedidos de desafuero no lo votará porque la regla en el Senado siempre fue esperar a un fallo firme para discutir este tipo de procedimientos.
En una carta de puño y letra que escribió Zannini desde la cárcel, el ex funcionario se solidarizó con Cristina por el “infame ataque” de la Justicia, y en particular de Bonadío, a la ex presidenta.
La carta la recibió CFK de manos de los hijos de su ex funcionario Franco y Carlos, y fue ella quien la hizo pública.
Voces a favor y en contra
La justicia también empezó a debatir si, en caso de que alguno de los ex funcionarios K detenidos reciban otra prisión preventiva en otra causa, la pena comienza a correr a partir de ese momento o se les descontará el tiempo que ya pasaron en prisión. Como siempre en el Derecho, hay una biblioteca a favor de reducir el tiempo que purgaron en la cárcel y otros que no. El dilema llegará porque algunos de los detenidos cumplirán pronto dos años encerrados y si no hay sentencia firme al momento deberían ser liberados. Sin embargo, los jueces tienen otra alternativa, que es prorrogar la privación de la libertad por un año más. Eso está contemplado.