“Yo les hablo con la única condición de que digan que estoy muy enojada con PERFIL”, condiciona la conversación doña Tita Mendoza, como la conocen todos en Resistencia. La madre de Sandra Mendoza, la mujer del gobernador Jorge Capitanich, está disgustada por el despliegue que hizo este diario del cumpleaños de su nieta.
Tita mira con tristeza lo sucedido los últimos días entre su hija y su yerno. “¿Cómo la ven en Buenos Aires?, ¿qué dicen de ella?”, pregunta preocupada por las imágenes de la televisión de fondo que titulan “La guerra de los Capitanich”.
La madre de Mendoza recibió a PERFIL en la casa en donde vivió junto a su marido Guillermo toda su vida. Allí recuerda a sus hijos y agradece que ninguno le salió “burrito”. “La meta fue que todos estudiaran y gracias a Dios todos son profesionales y con fuertes valores”, reitera Tita incansablemente.
—¿Cómo es Sandra?
—Es una chica auténtica. Lo que piensa, lo dice, y tiene principios morales.
—¿Por defender esos principios el gobernador la expulsó del gabinete?
—Sandra fue auténtica con sus valores morales. Todos mis hijos aprendieron bien los valores de la honestidad y el trabajo. Mi hijo Claudio, cuando fue diputado nacional, no quiso firmar la venta de YPF y se le vinieron todos encima. Pero mi marido Guillermo y yo les enseñamos que un Mendoza no coimea, un Mendoza no roba.
—¿Cree que con esos valores se puede sobrevivir en política?
—Sandra me ha deslumbrado porque yo no creía que políticamente supiera tanto, y demostró mucho en su carrera que continuará siempre honrando la enseñanza de su padre Guillermo, muy reconocido en Chaco como ministro de la Corte provincial y por el peronismo.
—¿Es cierto que Capitanich llegó a la política gracias a su esposa?
—No hay que sacarle a Coqui los méritos que tiene: es muy preparado, adicto al trabajo, ambicioso de poder y tiene convicciones para ser gobernador. Maneja muy bien una provincia que tiene una oposición perversa. No voy a hablar mal de Coqui ahora porque está sucediendo esto. Yo le debo muchos favores y lo sigo apreciando.
(*) Desde Resistencia