Los 16 ministros de Cristina Kirchner definirán su futuro mañana. Pero pocos dejarán el poder. La mayor parte se ubicará en el Congreso o en un eventual gabinete de Daniel Scioli. Algunos irán al Parlasur. A la mayoría, llegar hasta el último tramo del gobierno cristinista les aseguró cobijo. No a todos.
Dos de ellos tienen destino en la Cámara de Diputados de la Nación. El ministro de Planificación, Julio De Vido, está cuarto en la lista de representantes por la provincia de Buenos Aires. Su colega de Economía, Axel Kicillof, figura primero en la lista de diputados porteños. Un lugar entre los bonaerenses también tiene Diego Bossio, titular de la Anses. Si triunfa Scioli, se aseguró un lugar como sucesor de De Vido.
Alicia Kirchner, ministra de Desarrollo Social, podría desembarcar como gobernadora de Santa Cruz si es que gana en las elecciones de mañana. El jefe de los ministros, Aníbal Fernández, es otro que tiene intenciones de ser gobernador, pero de Buenos Aires.
Objetivo Mercosur. El ministro de Defensa, Agustín Rossi, integra la lista de candidatos al Parlasur, al igual que su par de Cultura, Teresa Parodi, y que el ex ministro de Educación Daniel Filmus. A este último, de todas formas, Scioli también le ofreció un lugar en su gabinete.
La ministra de Industria, Débora Giorgi, tiene una oferta para ocupar el mismo cargo en la provincia de Buenos Aires en un eventual gabinete de Fernández. El titular de Trabajo, Carlos Tomada, fue electo como legislador porteño. Aunque no es ministro, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, seguirá en el cargo si es que Scioli triunfa mañana o en una segunda vuelta. Su cargo no depende de la voluntad presidencial, pero Echegaray había anticipado que si no ganaba el Frente para la Victoria presentaría su renuncia. Otro que tampoco tiene un ministerio, pero ejerce influencia sobre Cristina Kirchner, es Carlos Zannini, el secretario de Legal y Técnica. Su destino es la presidencia del Senado en un eventual gobierno de Scioli, ya que es su compañero de fórmula.
Sin destino electoral. Hay varios que, por ahora, se van a su casa. Es el caso del ministro del Interior, Florencio Randazzo, que rechazó una oferta para ser el candidato del FpV a gobernador de la provincia de Buenos Aires y también declinó participar en el gabinete naranja. Randazzo estaba anotado en la carrera por la presidencia, pero CFK lo bajó y ungió al mandatario provincial como su único candidato. “Soy presidente o nada”, repitió varias veces Randazzo. Parece que cumplirá su promesa.
Cristina Kirchner fue depurando de “pingüinos” su gabinete durante los dos mandatos. Y acotó su círculo íntimo a Zannini y La Cámpora. Uno de sus principales consejeros es su hijo, Máximo, pero también escucha a Eduardo “Wado” de Pedro, secretario general de la Presidencia –que podría presidir la Cámara de Diputados–. Entre los pocos que sobrevivieron a la purga figuran Zannini y De Vido. Aunque este último perdió influencia y poder.
El vicepresidente, Amado Boudou, acechado por las causas judiciales, no tuvo lugar en ninguna lista y su futuro estaría sellado: le tocará recorrer Tribunales una vez que termine su mandato. Afuera también quedarían el ministro de Justicia, Julio Alak, y el canciller, Héctor Timerman. El titular de la Agencia Federal de Inteligencia, Oscar Parrilli, no tendrá continuidad ni con Scioli ni con Macri ni con Massa