POLITICA
intendentes electos de cambiemos

La nueva guardia del Conurbano pasa del festejo al traspaso del poder

Cómo piensan gobernar los nuevos jefes distritales que se impusieron a los barones de la Provincia.

Cuarteto. Grindetti (Lanús), Ducoté (Pilar), Valenzuela (Tres de Febrero) y Tagliaferro (Morón).
| Marcelo Aballay

Ramiro Tagliaferro (Morón), Néstor Grindetti (Lanús), Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Nicolás Ducoté (Pilar) lograron algo que muchos creían imposible. Destronar desde un frente opositor a los barones del Conurbano en sus distritos. En un mismo día, pudieron celebrar su victoria y la de María Eugenia Vidal como gobernadora. Ahora enfrentan el doble desafío del tramo final de la campaña presidencial y la preparación para asumir la gestión el 10 de diciembre.

PERFIL los reunió para hablar sobre la transición en sus distritos, las primeras medidas que piensan tomar y el desafío de la gobernabilidad en un territorio que es sinónimo político de peronismo. Todos llevan años de militancia en el PRO y sueñan con lo que llaman la “triple corona”: conseguir que el frente que integran acceda a la presidencia para completar la tríada Ciudad-Provincia-Nación que implicaría un desafío inédito de gestión y una concentración de poder y recursos sin antecedentes.

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Transición. La experiencia con la gestión saliente ha sido diferente en cada distrito. En dos extremos se encuentran Ducoté y Grindetti. El primero recibió el mismo día de la elección la llamada del intendente derrotado, Humberto Zúccaro. “A pesar de que los dos habíamos dormido muy poco, nos reunimos el mismo lunes, el miércoles realizamos una reunión con los ministros y esperamos comenzar a trabajar con equipos técnicos esta semana”, cuenta Ducoté.

“Alvarez nunca me llamó”, lamenta Grindetti. Sí recibió una llamada del intendente saliente, Darío Díaz Pérez, pero aún no logró reuniones de equipos ni acceder a los datos básicos de la gestión “a pesar de nuestra insistencia”. Y advierte: “Si no tenemos respuesta, vamos a empezar la próxima semana con alguna presentación, en principio una nota, para que quede claro que esto es necesario por los vecinos”. Para Tagliaferro, “la principal preocupación es que en este período no se termine destruyendo el pasivo del municipio”. Otro dato que le preocupa es lo que define como “terrorismo de los derrotados”. Afirma que “algunos les quieren hacer creer a los trabajadores municipales que su puesto está en riesgo, y los llaman a boicotear la gestión que viene”.

Valenzuela sí pudo reunirse con Curto, una de las instantáneas post electorales de mayor impacto, porque el dirigente peronista lleva 24 años como jefe comunal. Encontró “buena predisposición”, pero ahora espera que el trabajo conjunto “se pueda dar en los hechos”.

Gobernabilidad. La victoria en las urnas desbancó un mito: la invencibilidad de los barones del Conurbano. Sin embargo, aún queda una percepción por disipar: el temor a los problemas de gobernabilidad que podría enfrentar una fuerza no peronista en la gestión municipal y provincial. “Un dirigente de La Cámpora había dicho: ‘Curto es indestructible’ y cuando esto es desmentido por la realidad, genera una nueva energía”, explica Valenzuela. Y agrega: “Cuando empecemos a gestionar y mejoremos la calidad de vida de la gente, ésa va a ser nuestra garantía de gobernabilidad”.

En Lanús, analiza Grindetti, “donde está exacerbada la presencia de La Cámpora, hay que separar la soberbia y la petulancia del mal perdedor de otros dirigentes peronistas, que después de las PASO, sin posibilidad de contar con un cargo, se acercaron a escuchar nuestras propuestas”. Para él, “tapar baches no es una cuestión ideológica, y cuando conocen nuestro plan social ven que estamos mucho más cerca de sus postulados que La Cámpora, que genera más pobres con sus políticas”.

Ducoté, en tanto, evalúa que la garantía de gobernabilidad será el trabajo conjunto entre Vidal y los intendentes. “Ella es alguien con una capacidad, un compromiso y un coraje que se va a potenciar con los nuevos intendentes, no sólo los de Cambiemos; muchos creían que éramos ingenuos porque pensábamos que podíamos ganar, mostramos que se equivocaban; lo mismo va a pasar cuando se trate de que los vecinos tengan más seguridad, mejores centros de salud... Cuando se actúa bien, es fácil sumar gente”.

Por su parte, Tagliaferro analiza, en coincidencia con Ducoté, que el recambio generacional modificará el tablero del Conurbano y será un factor clave para garantizar la gobernabilidad. “La caída de los esquemas casi feudales de la provincia no viene sólo con los dirigentes de Cambiemos. Hay un cambio generacional, que en Merlo y Moreno se dio por una victoria en la interna del oficialismo. Estos dirigentes ejercen la política de manera distinta: son más dialoguistas y tienen una mirada moderna sobre lo público”.