El dato frío impacta: en la Patagonía, hay tierras que se venden casi sin restricciones a precios que podrían equipararse a los de una cuota de gimnasio porteño. En algunas zonas, los precios llegan a sólo 96 pesos la hectárea.
Años atrás, un escándalo de proporciones involucró al matrimonio presidencial y a su terruño en el sur cuando una investigación del diario PERFIL reveló que allí se remataban tierras fiscales, entre funcionarios y amigos del poder, a precios insólitos.
La información rezaba que en El Calafate, el último destino de Néstor Kirchner en vida, las tierras fueron entregadas sin proceso de licitación alguno, en superficies que al menos triplican la extensión de las que se entregan a vecinos comunes, y a un precio de 7,50 pesos por metro cuadrado, mientras el precio de mercado oscila entre los 30 y los 120 pesos.
Pero eso no era todo. En diciembre de 2006, cuando se publicó el artículo, había tres mil pedidos de terrenos fiscales pendientes de aprobación municipal y en la villa turística había serios problemas con la provisión de agua, energía, gas y cloacas.
Un slogan del vicepresidente de la UCR local, Alvaro de Lamadrid, rezaba en aquel entonces: "Primero Santa Cruz, de día sin agua y de noche sin luz". En la nota se consigna el decreto municipal, con fecha 3 de enero de 2006, que autorizaba la venta a favor del ex presidente Kirchner de 20.000, 33 metros cuadrados ubicados en la 820 “al precio de pesos siete con cincuenta ($ 7, 50) el metro cuadrado, con destino a comercio”.
Hace dos años, éste diario también revelaba la compra a bajos precios del principal socio de los Kirchner, Lázaro Báez, en El Calafate: la villa turística le vendió entonces a testaferros del empresario casi 10 mil metros cuadrados también a $ 7,50 el metro.