La informada “Sección Espía” del diario Perfil estuvo el martes último en Diputados y cuenta detalles, literalmente, de la “cocina” legislativa. Lejos de las cámaras, apagados los grabadores, en las oficinas de bloques hubo otro debate, mucho más simpático que la espinosa cuestión del DNU 298 y el uso de reservas del BCRA que el kirchnerismo insiste en manejar discrecionalmente.
Contó “Espía” que una vez superada la cuestión formal de que todos los diputados opositores estuvieran en sus bancas a la hora señalada para evitar las martingalas oficialistas (y el papelón de la semana anterior), la preocupación pasó a temas menos republicanos, como asegurar la cuestión alimentaria en una sesión que sería maratónica y que no permitiía que nadie deje su silla (o casi nadie).
Así fue que la gente del PRO acercó al hemiciclo varias pizzas paladeadas con cierto disgusto por Laura Alonso y Soledad Martínez, que se quejaban por lo bajo de que el jefe del Bloque, Federico Pinedo se había ido a cenar a un restó de la zona. Cerca de ellas, Cristian Gribaudo, otro hombre PRO, también criticaba la dieta de su bloque, y se relamía mirando el menú de los hombres del PJ: en los dominios de Agustín Rossi enfrentaban el inminente rechazo al DNU de las reservas con delicioso sushi y mariscos.
La gente de la oficina parlamentaria de la CC optó por pizzas y empanadas, con la única excepción de pollo con salsa para Lilita, que está a dieta y cenó con servilleta al cuello en un sillón detrás del recinto. Allí ubicó también una mesa la UCR, dotada con humildes sandwiches de miga.
“Doy mi voto a la CC por un par de empanadas”, ofreció el formoseño y ruralista Ricardo Buryaile, sin suerte. Decidida, su compañera de bloque Silvana Giudici intentó convidarse de una porción de la muzzarela “cívica”, pero fue rapidamente repelida por una muralla de asesores.
Con imagen positiva en ascenso, el presidenciable Ricardo Alfonsín también intentó avanzar hacia la fuente de las huestes de Carrió, pero “Tata” Quiroz marcó la cancha. “Mirá que acá no corre el Acuerdo Cívico y Social”, espetó con claridad gastronómica. Tuvo que mediar la propia Carrió para gestionarle “Ricardito” una empanada. El que no logró lo que quería fue Horacio Piemonte (CC), quien a las 4 de la madrugada seguía pidiendo un jugo de uva.