La corrupción volvió a surgir como uno de los temas de preocupación entre los argentinos. Las denuncias por la presunta red de lavado de dinero de la obra pública, en la que se menciona al empresario K, Lazaro Báez, entre otros personajes; la avanzada sobre el Poder Judicial, a través de un paquete de leyes aprobadas con polémica en el Congreso; y el 18A colaboraron para instalarla nuevamenteel tema en la agenda política en un año electoral.
“Hoy la corrupción creció junto a la inseguridad y la inflación como el principal problema de los argentinos”, aseguró a PERFIL Federico Aurelio de la consultora Aresco.
Según la última encuesta nacional, realizada en abril, el 20% ya lo considera un tema central. Un mes antes ese porcentaje era del 14% y hace un año se encontraba en 15%.
A modo de comparación, en el sondeo de marzo de Aresco la inflación aparecía primera con el 22%, la inseguridad con el 21% y tercera la corrupción con el 14%. No se informó sobre el total de casos del informe.
“En los últimos tiempos estuvo estable en el tercer lugar. Hoy se encuentra como uno de las problemáticas más importantes. Esto está acompañado por un deterioro de las imágenes de las gestiones”, explicó Aurelio.
Por su lado, Carlos Fara reveló que en las encuestas nacionales la corrupción aumentó en el último año: pasó del 2% en marzo de 2012 al 6% en marzo de este año.
“Durante la elección de 2011 su importancia era 2%, pese a casos como el de Schoklender, y durante 2012 fue creciendo”, explicó Fara. “La coyuntura puede llevar a que se instale más pero después va a tender a amesetarse”, agregó.
Para el consultor aún está lejos de la inseguridad (con el 70%) y la inflación (que subió del 25% en noviembre al 40% en marzo).
Desde Poliarquía, Sergio Berensztein explicó que en los trabajos cualitativos que realizan las denuncias aparecen como “creíbles” y que “fueron vistas con interés por la sociedad”.
“De todas formas, la corrupción no creemos que haya subido mucho”, concluyó.
El consultor Hugo Haime opinó que el fenómeno de la corrupción puede crecer en la Ciudad de Buenos Aires y en las grandes ciudades pero no tiene impacto en el interior. “Si bien moviliza a la clase media, no es la primera preocupación como con Menem”, apuntó. Entre el 20% y el 23% de los consultados la nombra.
