POLITICA
emilio persico

“La resistencia no está en Twitter, está en las calles”

El piquetero espera que el Gobierno libere los fondos de la Ley de Emergencia Social. Destaca la buena relación con la CGT.

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Dirigente. Pide “cuidar” la unidad de la CGT, que “costó mucho”. | Sergio Piemonte
Emilio Pérsico, referente del Movimiento Evita y la CTEP, es un dirigente clave en la alianza de los movimientos sociales denominada Triunvirato de San Cayetano, que durante la semana paralizó el Centro porteño y otras ciudades del país con piquetes y ollas populares. Mantiene fuertes críticas al Gobierno, pero también es un negociador que tiene diálogo fluido con las autoridades. Tras las protestas, avisa que ahora están a la espera de una propuesta del Ejecutivo para avanzar en la implementación de la Ley de Emergencia Social.
—¿Hay iniciativas para dividirlos desde el Gobierno?
—Ellos siempre intentan, pero después dicen que son torpezas de algún funcionario. Tratan a veces de tener políticas diferenciadas, como hace la gobernadora Vidal con los docentes. Pero el Triunvirato está fuerte y firme junto a la CGT y la CTA.
—Igualmente algunos en la CGT recelan de la alianza…
—Estamos en una situación de muy buena relación. Para la CGT es una decisión estratégica reconocer a nuestro sector como trabajador. Para nosotros es una victoria estratégica muy grande, uno de los mayores logros del último año. Esto nos da muchísima fuerza y poder; pero también nos tiene que dar muchísima responsabilidad. Cuanta más fuerza uno tiene, más responsabilidad tiene que tener porque representa a sectores más amplios y tiene que actuar en consecuencia.
—Durante el ciclo kirchnerista, la CGT y los movimientos sociales estaban divididos. ¿Hay que agradecerle a Macri la unidad?
—Parece que, como dijo Borges, no nos une el amor sino el espanto… Pero es un proceso que ya venía desarrollándose. Los movimientos populares primero trabajamos por subsidios focalizados: por planes sociales, subsidios y comida. Después desarrollamos proyectos productivos, cooperativas, para autoinventarnos el trabajo. Después empezamos a trabajar por derechos del trabajo. Porque tienen que tener los mismo derechos y las posibilidades que tiene el trabajo llamado formal o de la economía de mercado. Hay que salir del subsidio e ir hacia el trabajo. El subsidio es bueno y necesario cuando hay emergencia, pero si se prolonga en el tiempo enferma. Francisco dijo que los movimientos sociales son poetas sociales que inventan trabajo, es una hermosa frase.
—¿Llegó una instrucción del Vaticano para bajar el tono de confrontación?
—No. Francisco es nuestra inspiración y le agradezco muchísimo la ayuda que nos ha dado para la organización de los movimientos sociales a nivel internacional. También la Iglesia argentina nos ha ayudado. La Pastoral Social ha sido parte de las primeras discusiones con el Gobierno. Ellos han brindado el ambiente para que esto se haga. Y eso es muy bueno, porque siempre en las discusiones con el Gobierno la Iglesia se jugó en serio por los movimientos populares. Yo se los agradezco mucho. Pero las decisiones las toman las organizaciones.
—¿Cómo vivió la situación que se dio en el palco de la CGT y los incidentes?
—Lo que vi fue una movilización que iba a ser de los gremios de la industria, para unos 10 mil compañeros. Pero hoy en día la CGT es la que canaliza toda la protesta social en la Argentina: hubo 400 mil personas. La CGT es la única que puede canalizar y capitalizar la protesta social. Y tiene que conducirla. La unidad de la CGT nos costó mucho, por eso hay que cuidarla, porque hoy es la herramienta principal que tienen los trabajadores para resistir los planes de ajuste. La resistencia no está en Twitter ni en la Cámara de Diputados, donde se cuelan todas las leyes del Gobierno. La resistencia está en las calles.