Lo que olfateaban algunos grandes empresarios en la inauguración del nuevo edificio de PERFIL era cierto: hubo ballottage. Pero más allá de la sorpresa política, cambian las condiciones de la transición: ¿qué hará el Gobierno que se va para ayudar a su candidato, que pueda afectar las variables que legará a su sucesor? ¿Qué de nuevo deberán pensar los que aspiran a llegar al Palacio de Hacienda, con un cambio de manos que se dará en menos de 20 días tras los comicios del 22 de noviembre? Aquí, algunos esbozos sobre el final del día que consagró la primera segunda vuelta de la historia argentina, en medio de resultados electorales que nadie había previsto:
◆ “Esto cambia todo”, expresó un vocero cercano al equipo económico de Daniel Scioli. Su designada ministra de Economía, Silvina Batakis, tenía previsto enviar una avanzada en noviembre a China y Rusia para sondear créditos para represas, una idea que quedará supeditada al fragor de la campaña. Una posibilidad: el anuncio de cambios en Ganancias sobre una caja que le importa al sucesor de CFK.
◆ En el entorno de Mauricio Macri, los voceros económicos Rogelio Frigerio y Alfonso Prat-Gay no tienen estímulos para moverse de lo que vienen haciendo desde que reemplazaron como referentes económicos a Carlos Melconian y Federico Sturzenegger. Sin dar grandes definiciones, seguirán sosteniendo que levantarán el cepo lo antes posible y que habrá un “shock de confianza”, mientras en lo concreto trabajan en giras pre-asunción para cerrar desembolsos de dólares que le permitan en un eventual gobierno de Cambiemos resisitir una corrida contra el peso si se liberan las restricciones para la compra de divisas.
◆ En cuanto a la herencia posterior al 10 de diciembre, la primera perspectiva clara es que habrá un mayor deterioro de las reservas del Banco Central, con sólo proyectar una salida de divisas similar a la de los últimos días. El Gobierno viene entregando para ahorro unos US$ 650 millones por mes, y otro tanto para turismo, dos medidas que intentan sosegar la demanda de la clase media que busca combatir la inflación comprando moneda extranjera. “El blue viene subiendo con cada hito: tras las PASO subió de $ 12,50 a $ 15, y ahora no sería extraño que suba un 10%, de 16 a 17”, pronostica Orlando Ferreres, economista del estudio homónimo.
La tensión en el mercado cambiario también obedecerá a lo que se empieza a ver como una salida más que probable dado el deterioro de las variables y el menor margen de acción: hay menos chances de gradualismo. Desde Economía y Regiones lo enfatizan: “La herencia 2015 es más complicada que la herencia 1999 y la próxima administración, sea cualquiera de las dos, tiene menos margen de error que la que tuvo De la Rúa”, dice Diego Giacomini. Miguel Arrigoni, de First, asegura: “No hay lugar para el gradualismo”