Alguien en Europa se interesó finalmente por la receta argentina para salir de la crisis. No fueron Angela Merkel, Nicolas Sarkozy o Lucas Papademos, sino Marine Le Pen, la líder de la extrema derecha francesa, que crece en los sondeos para las elecciones presidenciales de abril. Le Pen propone que Francia replique los pilares sobre los que se sostuvo el modelo económico K luego de la debacle de 2001: devaluación, proteccionismo y rechazo al FMI. La referencia al “ejemplo” de la Argentina se convirtió en uno de los ejes de campaña de la polémica rival de Sarkozy.
La hija de Jean-Marie Le Pen, cuestionada por sus posiciones xenófobas al igual que su padre, suele extenderse sobre el caso argentino en sus discursos proselitistas. También incluyó en su plataforma electoral una explicación sobre la salida de la convertibilidad luego del menemismo. Y su equipo de comunicación difundió un video didáctico titulado “Argentina, ejemplo de una salida para la crisis”.
En una presentación ante periodistas, el 5 de enero, Le Pen dijo: “Me interesa el ejemplo sudamericano, particularmente el de la Argentina y Brasil. Allí puede verse cómo economías más pequeñas que Francia, quinta potencia mundial, se protegen para sostener sus industrias, sus fábricas y sus puestos de trabajo. Bajo ese modelo, yo propongo acciones concretas que vayan en el sentido de un proteccionismo inteligente”.
En un mitin partidario en la comuna de Saint-Denis, el 8 de enero, la candidata ultraderechista continuó: “La cuestión es simple: ¿cómo será posible reindustrializar a Francia sin protecciones nacionales? Si la Argentina y Brasil lo hicieron, ¿por qué Francia no puede defender sus fronteras contra la competencia desleal? Al igual que en Sudamérica, necesitamos dinamismo e innovación”.
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