Rita Molina es fiscal federal de San Isidro y en 2001 recayó en su despacho una de las causas más calientes de la Justicia argentina: el caso de la adopción de Marcela y Felipe Noble Herrera, los hijos de la dueña de Clarín. Pasó una década, tres jueces... pero ella se mantuvo. En una entrevista con Perfil.com, ahora la fiscal más temida por Ernestina Herrera de Noble revela su desconocida vida espiritual.
La fiscal, oriunda de Santa Cruz, cuenta cómo fue su encuentro con el Maestro Amor (Ricardo Javier Ocampo), el gurú espiritual de Catamarca que estuvo en prisión acusado de abusos sexuales. Ella lo defiende: "Creo que hubo una causa penal armada", sostiene.
Claro que antes Molina explica por qué realizó un seminario de artes marciales en el centro espiritual catamarqueño del Maestro Amor: "A las personas que tienen una conciencia elevada y que dan mucho amor yo las escucho, aprendo de ellas", relata.
Más allá de esa experiencia, la fiscal cuenta que pertenece a un grupo que sigue la filosofía de Pitágoras, físico, matemático y filósofo de la antigüedad griega de quien ella rescata las ideas sobre los buenos actos, la energía positiva y "el amor" -sintetiza Molina- como el núcleo del buen ser humano.
Eso no es todo. Al margen de las presentaciones judiciales, expedientes y sellos, Rita también practica yoga, meditación y pilates. Es más, su filosofía la comparte y hace aplicar con todos sus secretarios y empleados de la fiscalía.
Uno de sus máximos anhelos, según cuenta, es extender sus ideas a la Policía. "Me gustaría brindarles charlas a los policías para que cambien su forma de actuar. Sé que es gente que lo necesita".
(*) de la redacción de Perfil.com.