POLITICA
fuego cruzado

Larreta hace equilibrio entre los ataques del kirchnerismo y los duros de su propia fuerza

El jefe de Gobierno porteño no responde a las críticas y arma su propio espacio. Mantiene la buena relación con el Presidente y se debate en una tensa armonía con Mauricio Macri.

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Jefe de gobierno. Abrió su agenda a la política, entre zooms y reuniones con dirigentes. | GCBA

Es un equilibrista de la política y el poder. Y, aunque siempre soñó con ser presidente, hoy Horacio Rodríguez Larreta trabaja para sostenerse como el principal referente opositor sin perder sus buenos vínculos con el presidente Alberto Fernández ni con el “ala dura” de Juntos por el Cambio.

En ese marco, decidió no responder a las críticas que emanaron de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, y un sector del oficialismo. En su entorno afirman que “no se va a subir al ring”. Mientras intenta sortear la pandemia en la Ciudad, sigue valorando al Presidente. Y hasta lo ve tironeado por un sector del kirchnerismo. “Horacio está convencido que tiene que trabajar con los gobiernos nacional y bonaerense. Primero, porque es una forma de gestionar y en segundo lugar, porque es lo que pide la sociedad”, comentan en la sede gubernamental de la calle Uspallata.

En materia política, el vicejefe, Diego Santilli, ya actúa como uno de sus armadores dilectos y es quien interactúa con funcionarios nacionales pero también con los aliados. Por caso, el martes estuvo una hora al teléfono con Elisa Carrió. Viene hablando con “Lilita” seguido.

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Pero no solo eso, anteayer invitó a un almuerzo con Larreta en Uspallata al senador Martín Lousteau y el diputado Emiliano Yacobitti, dos de los máximos referentes de la UCR. Lousteau había estado en la residencia de Olivos con Fernández hablando de la reforma judicial. Jura que le avisó a Larreta. O al menos eso quiso hacer llegar a la dirigencia.

El otro que suele ser organizador de encuentros es el diputado Álvaro González. Tiene en carpeta una reunión de Larreta con Emilio Monzó y Rogelio Frigerio que hace diez días se suspendió con una visita imprevista del jefe comunal a Olivos. González es peronista y hoy es el dique que contiene a los que ven en el PRO personajes con buenos Power Points – hay uno con semáforos dando vueltas entre la dirigencia - que poco sirven para ser armadores políticos.

Macri. De todas formas, hacia el interior del PRO Larreta tiene sus propios conflictos. Uno de ellos es el rol de Mauricio Macri, con quien chateó el jueves cuando el ex presidente volvió a la Argentina desde Europa. Macri suele indagar sobre cómo está la situación sanitaria y económica en la Ciudad. Los últimos dos encuentros cara a cara que tuvieron en la casona que alquiló el ex jefe de Estado en Acassuso fueron disímiles: la primera, a mediados de junio, duró más de dos horas y sirvió para un repaso de la pandemia. Pero, un mes después, hubo otra que tuvo escasa repercusión. No terminó bien. Macri le planteó que si no empezaba a radicalizar algunas posiciones y a alejarse de la buena sintonía con el oficialismo, iban a salir a “pegarle” dirigentes y legisladores del “ala dura”. Salvo algunas cuentas de Twitter, no ocurrió. Esa tensión se vio en los Zoom de la mesa nacional de Juntos por el Cambio. No pasó de allí.

De todas maneras, el jefe comunal mantiene todos sus vínculos de la mejor manera posible. Habla con Patricia Bullrich – con quien dice sostener buenas charlas y hasta le mandó un mensaje cuando se enteró que tenía Coronavirus – y hasta con Miguel Pichetto. De hecho, esta semana se reunió con Miguel Ángel Toma, peronista y ex titular de la Side, quien trabaja con el ex senador.

Con quien mantiene una sintonía absoluta es con María Eugenia Vidal, quien también pasó por Uspallata – tras una actividad vinculada a lo social – y aprovechó para intercambiar ideas. La ex gobernadora aún no decidió que será de su futuro político pero guarda una máxima: será en consonancia con Larreta.

“Vamos a ampliarnos hacia el centro, pero con todos adentro, incluida el ala dura”, resumen en Uspallata. En ese contexto, la relación Nación-Ciudad es clave. Además de sus vínculos personales, y los de Santilli, el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, es quien lleva a adelante la relación con su par nacional, Santiago Cafiero. Desde temas de transporte, pasando por todas las reaperturas y flexibilizaciones, son materia de diálogo entre ambos.

Hoy, Larreta abrió su agenda a la política más que nunca. Durante años repitió que “solo” pasaba un 10% de su tiempo en ello, hoy ese número es mucho más grande. Zooms, almuerzos y reuniones con dirigentes y legisladores son una moneda corriente en Uspallata. Y, para el día a día, es Miguel quien participa en todas las reuniones de seguimiento de gestión.

Para fin de año, Larreta ya analiza cambios en su elenco ministerial. La pandemia y la marcha de muchos funcionarios sacudieron al gabinete porteño este año.

El armado 2023 es hacia el interior del PRO y en busca de otras fuerzas

En su camino hacia 2023, Horacio Rodríguez Larreta maneja dos vías de armado político: por un lado hacia el interior del PRO y, por el otro, hacia fuera, con el fin de sumar otras fuerzas. Para ambas cuestiones ya están trabajando en la primera línea el vicejefe, Diego Santilli, el diputado nacional Álvaro González, y, en menor medida, un grupo de funcionarios porteños, como Eduardo Macchiavelli (secretario general del PRO).

“Hay que armar un candidato que tiene un expertise en la gestión probada y que en lo político también suma de todos lados, y no desprecia la política. Tenemos que nacionalizar esa situación”, lo sintetiza un larretista histórico. Y agrega que el “sumar de todos lados” ya se dio en 2019 cuando en la boleta estaban la UCR, el socialismo, la Coalición Cívica, el partido de Graciela Ocaña y hasta José Luis Espert apoyando a Larreta.

“La tarea que tenemos es que las coaliciones políticas vinieron para quedarse y por eso Horacio tiene que ser lo más amplio posible”, concluye.

En ese marco, Santilli es hoy el actor político que se suma a la mayoría de almuerzos y encuentros políticos de envergadura. También quien actúa como interlocutor válido con dirigentes del Interior. Desde Elisa Carrió pasando por los radicales hasta el socialista Roy Cortina, todos confluyen en el “colorado”. Incluso ya coquetea con el GEN de Margarita Stolbizer, un objetivo a mediano plazo. “Todos adentro”, es la máxima que sostienen en el larretismo.

El otro actor clave es el peronista Álvaro González, con perfil más bajo, quien intenta organizar el interbloque de Juntos por el Cambio junto a Cristian Ritondo pero además quien será otro de los que saldrá a la “pesca” de dirigentes que no sean “amarillos”.

En ese contexto, surgieron los “facilitadores PRO Interior” que, si bien dependen de Patricia Bullrich, en lo operativo se suponía que iban a depender de Macchiavelli. Pero el secretario de Medio Ambiente no pudo erigirse en el interlocutor ideal y hoy desde Augusto Rodríguez Larreta, el hermano del jefe comunal, hasta Rogelio Frigerio tienen mayor interacción. Es más: hasta un ex hombre de Marcos Peña ya está en contacto con dirigentes del Interior cuando observó el vacío de poder.