Los sindicatos más poderosos del país preparan varios proyectos de ley para frenar el impacto de fallos de la Corte Suprema contra el modelo sindical peronista y buscan tomar por las astas una inminente reforma de la Ley de Asociaciones Sindicales, que rige la vida y funcionamiento del movimiento obrero argentino. Es la norma que el radicalismo intentó modificar en 1984, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y desató una crisis política.
Los cegetistas se quieren adelantar a lo que saben que se viene: la Corte Suprema avanza sobre el modelo sindical. A mediados de año, un fallo de la Corte Suprema que declaró inconstitucional un artículo de la ley: reconocía como legales a dos nuevos gremios en los rubros de comercio y de la construcción.
Para colmo de males, Facundo Moyano –diputado y dirigente del gremio de los peajistas– prepara también un proyecto de ley que no le cae en gracia a ninguno de los contemporáneos de su padre.
La unidad de la CGT, que hoy parece lejana y que sería un cachetazo para CFK y una ayuda para Sergio Massa, tiene una carta en estos proyectos. Una modificación profunda de la Ley de Asociaciones Sindicales haría caer el poder de las CGT, no sólo político sino especialmente a la hora de negociar salarios para los trabajadores, sostienen los cegetistas. Por eso quieren garantizarse que no se toque el núcleo de su poder: el unicato. Esta característica del sindicalismo peronista garantiza que el gremio de mayor representatividad sea el que tenga el poder de negociar salarios y condiciones de trabajo, en detrimento de sindicatos más pequeños de los mismos rubros. A cambio de que eso no se toque, propondrán algunas modificaciones que generarán apertura en la estructura verticalista de los gremios.
Los proyectos están a cargo de Luis Barrionuevo (CGT Azul y Blanca); los “gordos” con Armando Cavalieri como impulsor; y la CGT oficial de Antonio Caló. Muy cerca de Cavalieri, confirmaron que tienen borradores de un proyecto. A la cabeza de la misión está el abogado Alberto Tomassone, histórico letrado del gremio.
Los gordos y el sector de Barrionuevo, quienes juegan de lleno con Massa, sentaron al candidato para convencerlo de que frene el proyecto que le llevó Facundo Moyano. El facundismo plantea que los secretarios generales de los sindicatos no puedan tener más de una re-elección. “Pero eso no es lo más importante del proyecto. Queremos que se limiten ciertos aspectos de los estatutos de los gremios”, confiaron en su entorno a PERFIL
Hugo Moyano por su parte apoya el proyecto de su hijo. No tiene mucho que perder: quiere que el gremio quede en poder de su otro hijo Pablo. “Estamos a favor del unicato, pero algunos estatutos son de hace más de cien años. Por ejemplo, las minorías necesitan llegar a un piso de representatividad para que sus listas puedan participar en una elección. Esos pisos tienen que cambiar para garantizar la competitividad de la oposición”, dijeron muy cerca de Facundo.
“Gordos” y barrionuevistas –cuyos proyectos son encarados por el estudio jurídico de Horacio Ferro hijo– ofrecieron a Massa otros proyectos para que se conserve el unicato, pero se permita que las minorías que no ganen elecciones internas para conducir un sindicato puedan integrar y participar del consejo directivo del gremio. Una medida que abre la democratización y al mismo tiempo garantiza el unicato.